miércoles, 29 de octubre de 2014

TRES AÑOS SIN MARIANO BERDUSÁN



SGS



Tal día como hoy, 29 de octubre se cumplen tres años del fallecimiento de Mariano Berdusán. Tuve la suerte de conocerlo en sus últimos años, y la desgracia de que, precisamente, fueran los últimos. 
Nos consolaremos disfrutando de sus traducciones poéticas y aprendiendo de sus piadosos y ejemplares relatos. Pero, sobre todo, con su recuerdo, su conversación y su presencia.







Catulo: poema número 85:
Amor y odio 


Odi et amo. quare id faciam, fortasse requiris. 
Nescio, sed fieri sentio et excrucior.

Odio y amo. Y me preguntas por qué es así.
No lo sé, pero siento que es así y me atormento.


Versión de Mariano Berdusán








sábado, 25 de octubre de 2014

¿ME PUEDEN MULTAR SI USO UN SMARTWACH MIENTRAS CONDUZCO? - La interesante web de Carlos Rubio

Imagen del nuevo smartwatch de Lg
Seguramente muchos de vosotros ya os hayáis hecho con alguno de los tan de moda relojes inteligentes osmartwatches. Otros seguramente os lo estéis pensando muy seriamente, pero de lo que ya no hay duda es de que estos nuevos gadgets se han convertido en el objeto predilecto para muchos de los amantes de la tecnología.
Ya sea un reloj con Android Wear o el futuro Apple Watch, las dudas para quienes utilizamos en nuestro día a día un automóvil son las mismas. ¿Está permitido usar un smartwatch mientras conducimos? Las autoridades todavía no se han pronunciado oficialmente acerca de este tema, pero siempre es bueno saber qué nos dice la ley para evitar futuros problemas.


CARLOS RUBIO


EN ESTOS MOMENTOS (Ángel Ferrer)


sgs


En estos momentos

después del estrago, desconfiados hilos

responsabilizado, no sé si feliz

solo y protector

como quien conduce

mientras los demás duermen

involuntariamente vivos

me pregunto

si sólo somos infinito tiempo contenido

mientras tejemos mismascircunstancias



Ángel Ferrer


viernes, 10 de octubre de 2014

ALLÁ EN SU GRANJA DE COLORADO (Anthony Badgrapes)


sgs

Allá en su granja de Colorado, cuando se aproximaba la primavera, Johnny Goat paraba de vez en cuando el tractor y venteaba el aire con extraña expresión. Todos sabían que a poco desaparecería como todos los años sin decir nada a nadie, para volver dentro de unas semanas con aire satisfecho, aunque lleno el cuerpo de tumefacciones y la piel rasgada por profundos rasguños y heridas, a veces, de alguna consideración.
Numerosos bulos corrían por el pequeño downtown donde los granjeros de la zona se reunían los fines de semana para ahuyentar su soledad y romper la murria cotidiana. Por el salón local, entre el soso ritmo de las baladas tocadas por músicos paletos, se propalaban rumores sobre los enigmáticos viajes de Johnny. Mientras se vaciaban barriles y barriles de cerveza, que en vano trataban de saciar la eterna sed de aquellos campesinos, una fabulosa sed, mayor que la de las doce tribus peregrinando por el desierto, los más extraños comentarios sobre Johnny se escuchaban en los corrillos, que apenas eran capaces de acallar las guitarrerías y estentóreas voces del grupo de texmex, que era lo más celebrado de la fiesta. Al día siguiente, por lo general, nadie se acordaba de nada. La única preocupación era remediar, con escaso éxito, la terrible resaca general.
Un viejo granjero, entre escupitajos de tabaco y tragos de güisqui casero, relataba a quienes querían escucharlo, que Johnny había sufrido un terrible accidente en su niñez. Que estando en el campo con un hato de cabras, el macho le había arrancado de un mordisco un testículo y que el muchacho en venganza le había amputado los dos al viejo chivo con su navaja cabritera. El padre había encontrado a los dos medio desangrados y recogiendo las vísceras y chirajos de carne esparcidos llevó al muchacho al médico del pueblo, que como siempre andaba medio bebido. Y echando un largo trago, para aclarar la voz, tras carraspear largamente y escupir por la comisura de su boca una bosta de tabaco a considerable distancia (era reconocido como uno de los más hábiles de la región en este deporte), midiendo el tempo para aumentar el interés del auditorio, con cara pícara, terminaba: -Dicen que el doctor se confundió y le enjaretó al chico el testículo del macho, cosiéndole la bolsa, y hasta hoy. Claro que el viejo estaba completamente lerdo porque el alcohol y el tabaco habían terminado por infiltrarse en sus circunvalaciones cerebrales, y nadie hacía caso de sus peroratas.
Sin embargo, algunos, no más cuerdos que aquel viejo, aseguraban haber visto a Johnny enfilar con su viejo jeep, adquirido como chatarra en el cercano campamento militar, hacia las montañas Rocosas, donde aseguran que pastaban algunos rebaños de cabras cimarronas.

Anthony Badgrapes




viernes, 3 de octubre de 2014

¿DE QUÉ GUARDARROPÍA HABÉIS SACADO ESE ATREZZO? (Anthony Badgrapes)


sgs

-¿De qué guardarropía habéis sacado ese atrezo? –Jefe, nos dijo que había que venir trajeados. Este es el traje de mi boda, el único que he llevado en la vida. Me lo hizo un sastre italiano, un espagueti ¡Vamos!. ¡Angelitos! Para llevarlos al museo de cera. Parecían huidos de El Padrino I remasterizada. ¿Cómo vamos a tener autoridad, vistiendo como unos espaldas mojadas?. A partir de hoy seremos los elegantes del gang. Nos llamarán los dandis, me encargo yo. – Ahora a escuchar la misa con seriedad. Os levantáis cuando todos se levanten y os sentáis cuando todos se sienten. Nada de cuchicheos. Seriedad. Cuando empiecen a repartir la comunión, os vais con paso normal a la sacristía, como hemos dicho. Así de fácil, tan fácil que pueden entenderlo hasta vuestras obtusas mentes. Cuando os hagáis con la recaudación a salir por la puerta lateral que sabéis. Allí estará esperando, en la cincuenta y una, Brokenass con la furgoneta. Nada de tiros, ni jaleos ¡Ya os lo he dicho!
La cosa parecía transcurrir con normalidad, pero cuando nos reunimos tras el golpe en el lugar convenido, vinieron con las manos vacías. –Jefe, es que cuando llegamos a la sacristía, la recaudación había volado, se nos había adelantado una chica rubia con dos tipos, según dijeron los dos tíos que estaban atados y amordazados-. Nos había levantado el muerto la rubia amiga de Crookedleg, aquella de toda confianza. No cabía duda.- Y vosotros, inútiles, aun perdéis el tiempo desatando a los dos tíos de la sacristía, y os dedicáis a una alegre cháchara con ellos. Pronto estará la bofia sobre nosotros y la rubia tan feliz con el producto.


Anthony Badgrapes


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