sábado, 11 de enero de 2014

"LA INVENCIÓN DE LA TABERNA", de Antonio Envid, ahora con dos capítulos más. GRATIS DOMINGO Y LUNES, EN AMAZÓN








La taberna es una invención romana y desde su creación ha jugado un importante papel en la cultura de occidente. Este libro es un viaje literario por el mundo tabernario desde la antigua Roma hasta nuestros días. Incluso, más allá, al futuro, pues hay tabernas, mejor dicho literatos, que la ven superar este mundo y este tiempo, proyectándose por inframundos y por universos galácticos hacia el futuro.


De la mano de una larga nómina de escritores visitaremos tabernas medievales donde juglares y goliardos declaman sus cantos de bodega en degenerado latín escolar o en balbuciente lengua romance, o delicados trovadores que escuchan a una doncella decirles que los aman; donde Chaucer toma nota de las vivencias y consejas de peregrinos y viajeros para crear la primera narrativa moderna. Conoceremos, más tarde, en el siglo de oro, a pícaros que despliegan sus artimañas entre jarra y jarra de vino, o escucharemos las bravuconadas de soldados enardecidos por el mosto. Visitaremos las tabernas del siglo de las luces y sus bailes de candil acompañando a majos, chisperos y nobles de tapadillo, bajo la profesional mirada de busconas que tratan de hacer su comercio. Con los primeros turistas del ochocientos buscaremos en tabernas y bailes de candil la emoción y la aventura de una España exótica y romántica.

Es en las postrimerías del diecinueve y comienzos del veinte cuando la taberna española alcanza su máximo esplendor, es el liceo del obrero, pero también el antro de perdición del pobre que ahoga en alcohol sus miserias. El libro echa mano de toda una rica y abundante literatura de nuestros mejores escritores que toman sus materiales de los diversos tipos que se dan cita en la taberna popular e interclasista. Allí se discute de lo divino y humano, de toros y de política, de la sociedad en general y del individuo en particular; allí se conspira; allí se forman grupos de acción y hasta partidos políticos; allí se desarrolla la tertulia literaria y el marginado poetastro crea su obra. 

La taberna parece languidecer con la llegada de la modernidad sufriendo el embate de novedosos bares y elegantes cafeterías. Las penumbras tabernarias tienen que competir con atrayentes neones y brillantes metales, pero la taberna se refugia en el suburbio o se mimetiza y renace con otras apariencias para sobrevivir a modas sociales y a cambios políticos.

En suma, el libro es un viaje literario por el vasto mundo de las tabernas por el que desfilan multitud de tipos, pero sobre todo escritores, poetas y artistas en general. Lecturas Hispánicas acaba de editar “La invención de la taberna” de nuestro colaborador Antonio Envid. 

Este jueves y este viernes podrá adquirirse gratis la versión  digital para kindle.

Lecturas hispánicas

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martes, 7 de enero de 2014

LECTURAS HISPÁNICAS PUBLICA "AEQUILIBRIUM", EL PRIMER LIBRO DE POEMAS DE ÁNGEL FERRER



La magia de estos poemas de Ángel Ferrer está en que, como nos pide en uno de sus versos, nos dejan escuchar el metrónomo cósmico. Su prodigio va todavía un poco más lejos: nos hacen escuchar el metrónomo cósmico.
Ángel tiene sus temas poéticos, o sus temas poéticos lo tienen a él, quién sabe: lo que ahora nos importa es que, cuando se encuentran, puede pasar casi cualquier cosa: por ejemplo, que quieran mover su centro pretendiendo hacer sinapsis o que rebusquen en su memoria al vagabundo que estaba seriamente enfadado con los teléfonos.
De algunos de estos encuentros de Ángel con sus asuntos poéticos, que a veces parecen, más que encuentros, colisiones o apretados besos de tornillo, salen, saltan chispas: fenómeno que, afortunadamente, los poemas retienen, de manera que, cuando pasamos una página o releemos alguno de estos preciosos poemas, podemos encontrarnos, de pronto, en una nube de chispas bonitas, como si estuviéramos en casa del herrero o debajo de una lluvia de estrellas. 
Así que la única salida que nos queda es ser una olla exprés —tolerante— o adquirir el ángulo visual de un pez –como los ríos en su segundo viaje-. Y es que uno sospecha, cada vez con menos sospecha y con más certeza, que Ángel es un cronopio, emparentado con Louis (Armstrong), enormísimo cronopio, también amante de la música y, como él, según los describe Julio Cortázar —que los conocía de cerca—, criatura ingenua, idealista, desordenada, sensible y poco convencional, en claro contraste con los famas, que son seres rígidos, organizados y sentenciosos, o las esperanzas: simples, indolentes, ignorantes y aburridas.
Uno sólo sabe acercarse a Ángel —y a sus poemas— a través de un larguísimo merodeo: me adelantaré para ser acariciado por los míos, diría —dice— él en sus versos, porque la caricia, las caricias, son una de sus actividades preferidas, de ida y vuelta, con las que consigue sincronizarse –asunto que siempre he entendido como un enhebrarse como parte de un todo por un instante-.
Quizá sus mejores momentos —por decirlo de algún modo— sean cuando está activo, muy activo, como un niño ocioso que atrapa su lengua entre los labios: cuando consigue reunir ese ocio ocioso, muy suyo, con alguna actividad muy activa, cosa también muy suya: lo que espero que se entienda porque no sé explicarlo de otra manera.
De pronto —porque esa es otra: a Ángel casi todo le pasa de pronto— puede comenzar a distinguir a sus verdaderos compañeros entre los centauros o a sentirse de repente —y sin contradicciones que valgan—, sujeto a la vida por la verdad y los hechos, en un brusco ataque de realismo realista.
No he encontrado tampoco una manera de llamar a esos actos, muy propios de Ángel, que llegan con su reincidencia ya puesta: realismo realista, ocio ocioso, actividad muy activa: viene a ser que, en un solo acto, pone la acción y la insistencia, el gesto y el regesto, la intención y la segunda intención intencionada.
En súmula: es para mí un privilegio prologar este sin-gular —y con frecuencia insólito— libro de poemas. De manera premeditada no he querido referirme por separado a las viñetas de poesía gráfica, que considero muy valiosas dentro de la valiosa aportación de Ángel: creo que son otra forma de su misma poesía, de su mismo sentido o de su mismo instinto poético: tanto con las palabras como con los dibujos nos deja, de pronto, a la intemperie, como si apartara la lona de la carpa del circo en el que estamos y nos mostrara el horror, pero también la maravilla, a los que estamos siempre expuestos, y que posiblemente nunca veríamos si Ángel —y los de su estirpe— no nos señalaran una y otra vez, con la entrañable insistencia de los cronopios. 



Narciso de Alfonso
(del prólogo a




viernes, 3 de enero de 2014

-Un búfalo permanece tumbado en el suelo
(débil, triste, quizá cansado)

-Cuando se acerca un joven león
(capaz de matar con una dentellada certera)

-Y lo ataca mordiendo sus cuartos traseros

-Otro búfalo aparece entre la vegetación salvaje
(y lo ataca)
(y lo ataca con furia)
(y lo ataca con tal fuerza que lo hiere)
(Y el león huye despavorido).:

-Un ser humano permanece tumbado en el suelo
(débil, triste, quizá cansado)
-Cuando es atacado por la indiferencia
(capaz de matar con una dentellada certera)

-Decenas de personas aparecen a su alrededor
(y siguen caminando)
(y siguen caminando tranquilas)
( y siguen caminando tranquilas porque no pueden solucionar la vida de ese hombre)
(y la indiferencia se adueña y acaba con todos ellos)

Vladimira Pound

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