lunes, 29 de julio de 2013

PARA SER ABOGADO (Servando Gotor)





REC. Para ser abogado como para ser juez, es necesario ser culto.  Para todo es necesario. Pero especialmente para determinadas profesiones.  La técnica, los entresijos de la técnica de cada oficio, en este caso la técnica jurídica, imprescindibles, por supuesto; pero la cultura muy necesaria, tan imprescindible como aquella.  Y esto se está descuidando.  Se piensa que para ser abogado o para ser juez basta con conocer la técnica jurídica.  FALSO. Hay que ser culto porque el trabajo de uno y otro, es decir la técnica jurídica aplicada, está al servicio de algo y si no se conoce ese fin, si se ignora la meta se ignora todo: el juez, resolver un litigio que dos partes le plantean, resolverlo IM-PARCIALMENTE, no con “justicia” (estamos hablando de humanos no de dioses) sino con arreglo a Derecho, al Derecho humano ―positivo―, buscando dar solución a la conflictividad social, nada más (y nada menos); el abogado, hacer suyo el problema cuya solución le confía el cliente, y para ello ha de ser PARCIAL.  Algún imbécil se piensa que el abogado debe ser IM-PARCIAL.  Falso.  El cliente, abrumado con su problema, necesita alguien (un abogado) que se meta en sus zapatos y defienda sus parciales intereses.  El juez PARCIAL es un degenerado, como degenerado es el abogado que pretenda ser IM-PARCIAL.  Pero para tener claro todo esto y para situarse bien en tan magnas misiones, respetando la ley, las reglas del juego, no siempre fácil, es necesario ser culto.  En ambas profesiones la línea divisoria entre el actuar honrado y el actuar tuerto es sumamente fina.  Sólo siendo culto se vislumbra cierta claridad. Por eso el Ruso es un buen abogado.  De hecho, es suya esta reflexión. STOP


Servando Gotor
La ciudad sin faro




HUMOR GRÁFICO (Truhán)






sábado, 27 de julio de 2013

BLAODURÍAS (1): MI NEGRO SE LLAMA BLAO (Juan Serrano)


sgs


Tenía yo muchas cosas que contarles. Pero me pasa lo que al burro del gitano: sé hablar pero no pronuncio. Tinta tengo, pero no pluma. Ser arte y parte tiene sus inconvenientes. 

De pronto me acordé de los negros en la literatura: esas personas que se prestan a escribir ajeno, que narran y versifican con el nombre de quienes les contratan. 

Y pensé: 


Mecenas encargó a Virgilio sus Geórgicas. Hasta el mismo “patito feo” alquiló los servicios de Andersen para que contara sus desventuras. ¿Por qué no buscar yo también quien escriba por mi lo que yo no puedo?


No tuve que andar muy lejos para dar con el tal Blao, que así se llama mi negro, pero les confieso que me costó trabajo. No siempre lo cercano está a la vista. Así pues me adentré por pasadizos oscuros. Recorrí tabernas y lenocinios. Traspasé muros invisibles. Me deshice de malezas y espinos. Llamé insistentemente a puertas inexpugnables. Al principio este hombre se hizo el escurridizo, el remolón. Le grité muchas veces. Tan sólo oía el eco sordo de mis palabras. Y vinieron a mi mente aquellos versos de Juan de Yepes: ¿Adónde te escondiste, / Amado, y me dejaste con gemido? / Como el ciervo huiste, / habiéndome herido; / salí tras ti clamando, y eras ido. Aburrido por la tardanza de su respuesta, desistí. Y en ese preciso instante, sentí su presencia escondida en el agujero de mis huesos. Lo encontré incrustado cual caracol en la médula de mis entrañas. 

Me dijo: 



Yo soy Blao. Si deseas que tu nombre se apodere de mis letras, lo vas a tener difícil. No se trata de dinero. Cobro bien poco, lo justo para dar de comer a mis manuscritos. Pero si quieres que te preste mi inteligencia, que ponga en mi estilográfica tu autoría, tendrás que renunciar a tus ideas. Es imposible sostener en una misma mano la verdad y la mentira, estar a favor y en contra de una misma filosofía.


Después de escuchar el dilema de Blao, la alegría de haberle encontrado se mezcló con la incertidumbre de no saber si este hombre sería la horma para mi zapato, la persona deseada para disfrazarse de mi propio pellejo. 

Ajeno a mis pensamientos Blao siguió con su manifiesto programático. Pues a proclama de partido sabían sus palabras: 


Somos incompatibles como la sartén y el mango. ¿Ves aquel niño en la placeta?


Un niño se entretenía en lanzar rápido con las manos una pelota hacia delante. Inmediatamente corría a toda velocidad para poder atrapar el balón allá donde lo había lanzado.


A este chaval le resulta complicado ser al mismo tiempo guardameta y rematador -me recalcó. Y es que ser yunque y martillo tiene sus inconvenientes. Podríamos hacernos daño, sufrir mucho.


Escuché sus advertencias y le dije: 



“También tiene sus ventajas tener al enemigo en casa”.


Por el tiempo que llevo con Blao tengo la impresión de que no coincidimos en nada, pero me conoce lo suficiente como para hacerse pasar por Azulada.

Al final llegamos a un acuerdo. 

Blao será mi asiduo colaborador en estas entregas. Donde yo ponga nubes, él colocará estrellas. Si yo, fuego, él, agua. Con su suelo y mi montaña, los dos al alimón, entre rencillas y abrazos, olvidos y semblanzas, escribiremos estas partidas.



Juan Serrano
Blaodurías


viernes, 26 de julio de 2013

LECTURAS HISPÁNICAS TE REGALA ESTOS DOS LIBROS...

Dos, dos libros, a elegir, dos joyas difíciles de encontrar: la más importante biografía del Greco y la mejor novela de amor del modernismo hispanoamericano.  



¿Quién fue el Greco? ¿Por qué y cómo desembarcó en España? ¿Qué España se encontró y cómo fue recibido? ¿Cómo la representó en sus pinturas y cómo plasmó en ellas aquel Siglo de Oro, puente de plata hacia la decadencia del Imperio? ¿Qué significó su obra? ¿Dónde están y cómo descubrir, contemplar y disfrutar de sus geniales aportaciones al arte contemporáneo? ¿En qué se adelantó a su tiempo? ¿Por qué? 
Manuel Bartolomé Cossío, uno de aquellos intelectuales krausistas fundadores de la Institución Libre de Enseñanza, dedicó prácticamente toda su vida a dar con las respuestas a tales preguntas. Infatigable investigador, viajero incansable, erudito eminente, políglota por necesidad intelectual, apasionado del arte e investigador riguroso, plasmó toda su fiebre vital en esta enorme obra, literaria, histórica, artística y científica, primer peldaño fundamental y obligada referencia para todo investigador que pretenda aproximarse a la figura del Greco y a su época. Y, por supuesto, para el lector curioso y el gran público, por la forma ágil y eficaz con que narra el resultado de sus investigaciones sumergiéndonos en su propio mundo. Y como no podía ser de otra forma, cuando algo nace con entusiasmo, con entusiasmo se transmite, resultando asequible y apasionante a cualquiera que por ello se interese. 

(Pincha en la portada del que elijas
y podrás descargarlo en tu ordenador inmediatamente)

Aura o las violetas (1887) es una narración dirigida al lector que persigue emocionarse y disfrutar con una hermosa historia de amor imposible: Aura y el narrador se conocen desde niños y el roce da paso al amor (planteamiento); pero circunstancias terrenas y, por tanto, de índole material, los separan impidiendo así que ese amor pueda consumarse (nudo) y al final... Bueno, el final siempre hay que dejar que sea el propio lector quien lo descubra. 
José María Vargas Vila (Colombia, 1860 - España, 1933) con una niñez y juventud nada sencillas, no sólo fue —ideológica y políticamente— radical y revolucionario, sino también, desde el punto de vista personal, un hombre incómodo que criticó a todo y a todos. Y quizá no esté claro si fue por tal motivo por lo que anduviera proscrito en los ambientes literarios más eminentes o, por el contrario, sus invectivas fueran la causa de tal proscripción. En todo caso, estamos ante una personalidad plenamente libre: el Panegírico, es la fortaleza de los esclavos, la Libertad alza el Libelo que es la tribuna de los libres. 
Jorge Luis Borges destacó el talento de Vargas Vila al incluirlo en su Historia universal de la infamia.





jueves, 25 de julio de 2013

TURISTAS DEL IDEAL (Armando Muchabulla)



sgs

Ese es el título de la última novela de Ignacio Vidal-Folch, que confieso pendiente de leer, como tantos otros libros que se amontonan impúdicamente en mi mesa a la espera de que mi pereza les permita mostrarme sus delicias interiores, pero con este haré un esfuerzo, sobre todo después de haber leído una entrevista a su autor, llena de agudas verdades. En ella, el escritor dice sobre su relato: “Este es un libro más ideológico y a la vez más pegado a la realidad que otros, porque lo he escrito en respuesta y burla de actitudes que me irritaban y no veía contestadas por otras plumas. Me refiero a esa beatitud izquierdista, a cierto bonismo, ciertas ideas a priori repetidas mil veces y nunca cuestionadas; esa pereza mental, esa autoindulgencia que padecen tantos progresistas entre nosotros que, parafraseando a San Agustín, parecen decirse: Ama al pueblo y haz lo que quieras.”
Sorprendentemente, a veces, se encadenan algunos hechos aislados, sin ninguna relación entre ellos, que nos llevan a una nueva visión de las cosas, porque el otro día tuve la ocasión de volver a ver la excelente película “El último rey de Escocia”, en la que se cuenta la historia de un joven médico escocés que va a Uganda a practicar la medicina en un hospital de una ONG y allí, por un hecho casual, traba amistad con el terrible dictador Idi Amin, hasta el punto de hacerlo su consejero y médico personal. Hacia el final de la película, cuando el feroz dictador (fabulosamente interpretado por Forest Whitaker)  se dispone a torturar y asesinar brutalmente a su joven amigo, le dice: “Viniste a África para jugar al hombre blanco. Pero no es un juego. Somos reales. Este cuarto es real. Y cuando mueras, será la primera cosa real que hagas”. Hay que advertir que el pecado cometido por el médico es seducir y dejar embarazada a una de las mujeres del dictador; un grave delito para la mentalidad de los ugandeses, ya que desacreditaba totalmente el poder del indiscutido tirano.
Pues esa frase de “ir a Africa a jugar al hombre blanco” me bailaba por la cabeza cuando leía la noticia de la liberación de dos médicos catalanas que habían sido secuestradas en un campo de refugiados de Kenia a las que bauticé de inmediato como “turistas del ideal”. No me cabe duda alguna de que esas dos chicas fueron al campo aquel llenas de abnegación y altruismo, que su única voluntad era la ayudar desinteresadamente a sus semejantes, y me conmueve el calvario que habrán tenido que pasar en sus casi dos años de cautiverio, y me alegro con ellas de que ese sufrimiento haya felizmente terminado, pero, ya está bien, de que un año tras otro, con nuestros impuestos y recortando gastos de sanidad en nuestro país, estemos pagando rescates millonarios a bandas de criminales para poder traer otra vez al hogar a estos idealistas. Resulta que el español comienza a ser apetecible para estos bandoleros, pues el Estado español paga, no envía al ejército o a los marines como Francia o los norteamericanos. ¿Porqué estas humanitarias almas tienen que viajar hasta los más apartados lugares de África cuando el tercer mundo lo tienen, quizá, a la vuelta de la esquina? ¿Porqué no se dan una vuelta, pongamos por caso, por El Raval de Barcelona?. Vi unas imágenes del campo de refugiados en el que prestaban sus servicios y me pregunto qué podían hacer esas buenas chicas en un lugar tan dantesco, desprovisto de todo, contando, seguramente con un termómetro y un fonendoscopio por todo equipo, y algunas vendas y aspirinas como todo remedio. Seguramente el brujo africano era más útil que ellas, al menos con sus conocimientos de las propiedades de algunas hierbas y contando con la fe de sus enfermos en sus conjuros podrían proporcionar algún consuelo a los dolientes.

Armando Muchabulla



miércoles, 24 de julio de 2013

MI LOCA CARLOTA, TU JOVEN WERTHER (Narciso y Servando)







Zaragoza, 13 de mayo del 2005

Mi loca Carlota:

Acabo de releer tu carta. Sí, la última. La que me escribiste desde la espesa niebla de tus dudas, tras la ventana golpeada por la lluvia, desde la mesa camilla del brasero agonizante. La acabo de leer. No sé, quizá sea porque hoy, precisamente hoy, me siento desdichadamente solo. Desde luego, no por la absurda boda de mañana, que lo impregna todo, no. Quizá porque hoy he leído algo grande y cuando leo algo grande me arrugo como una babosa infeliz. Tal vez porque la primavera no parece primavera. No sé, ya te digo que no lo sé, pero mis manos han corrido urgentes a la vieja carpeta roja. Y al releerla, al releer tu última carta, siento que el esperma me abrasa, que los espermatozoides que yo creía muertos despiertan ardientes desde el núcleo mismo de mi yo material.

Y al releerla, las eternas dudas. Las mías, propiciadas por las tuyas. Sí, lo sé, lo sé. Moriré con ellas y ellas morirán conmigo, bien. Pero me atrapan y me agarran y se aferran a mi cuello como una pitón que me estrangula. Carlota, mi Carlota, dime, aclárame, por lo que más quieras, aclárame qué pasó la noche aquella, tras la representación de La cantante calva. Dime que es verdad, dime que no hubo nada. Júrame por nuestro hijo, por nuestro único hijo, muerto al caerse de un avión, que entre Atropina y tú, al quedaros solas tras la representación, en aquel mugriento café de barrio en el que os dejé devoradísimo por los celos, no pasó nada. Que vuestras caricias en el escenario carecían de sentimientos. Que de verdad, de verdad, de verdad, eran ficticias. Sí, ya lo sé, ya sé. Dos grandes actrices, sí. Pero nunca, nunca os vi interpretar nada tan real como aquella noche. Ni a ti ni a ella. Jamás. Y luego, luego, en el rancio café, sentí el crepitar de vuestras miradas. Tan fuerte, tan fuerte, mi querida Carlota, que hasta me salpicó. Fue tanto el dolor, tan aturdido me quedé, que tuve que irme y dejaros. Ya ves, la huida; la cobarde huida. En lugar de arrostrar el peligro, en lugar de apagar el fuego, lo excité. Dímelo, Carlota mía, dime que no, que no hubo nada entre Atropina y tú. Que aquella noche nada pasó. Y aclárame, aclárame de una vez para siempre qué quieres decir en tu carta cuando te refieres a las preocupaciones de la pobre Atropina. ¿Es que la has visto? ¿Es que os veis? ¿Qué hace Atropina en Manhattan? ¿Por qué te fuiste a Manhattan? Sí, ya sé, ya sé, por supuesto. El cursillo en el Actors Studio, sí. Pero qué hace allí Atropina. Por qué no me dijiste que ella iba también. No, no me lo dijiste, Carlota mía, no. No me lo dijiste. ¿Por qué? ¿Acaso alguien, menos aún Atropina, puede darte el fuego, el calor que yo te he dado? No, Atropina no tiene una lengua como la mía, que conoce tu sexo, los rincones más profundos de tu sexo, mejor que tus propios dedos, Carlota. No. Nadie, nadie te dará nunca lo que yo te doy, nadie te hará las cosas que yo te hago, las más abyectas, las más bruscas, las más encendidas. No, Carlota mía, no. Nadie, nadie estará dispuesto a todo lo que yo lo estoy por ti. Por lo que más quieras, escríbeme. Escríbeme y dime que no, dime que Atropina es sólo eso, una amiga, una compañera de trabajo. Nada más. Dímelo y ven, regresa pronto. Te necesito con urgencia, con turgencia. Y me arrepiento, de verdad que ahora me arrepiento, de haberte dejado ir sola. Debí acompañarte, tenías razón. Pero, ya sabes, ya conoces mis impulsos, mis arrebatos, mis celos. Sí, está claro. Tenías razón. Siempre tienes razón. Qué torpe soy, qué torpe. Incapaz de sujetar mis impulsos, mis celos. Pero soy así, Carlota, soy así, fogoso, apasionado. Bien lo sabes, bien lo sabes cuando estoy entre tus piernas, mi amor. Así soy y así me tienes que querer, cielo: ardiente.

Cuánto te hecho de menos, Carlota mía, cuánto. Me paso el día centrado en tu imagen. Y cuando recuerdo tu piel morena y tus pezones azulados, se me inflaman los testículos, se me hinchan de tal forma que asemejan la redondez de tus pechos. Y entro en un círculo vicioso. Mi cielo, hoy me he pasado dos horas y media, dos, tú lo sabes y podrás creerme, dos horas y media masturbándome. Casi sin descanso, corriéndome en tu boca. En tus labios. En tu sexo acogedor. 

Ven pronto, Carlota, ven cuanto antes. Y, mientras, me escribes. Sí, escríbeme o mejor, si te es posible, llámame. Llámame y déjame un teléfono de contacto, por lo que más quieras, vida mía.

Te quiero.

Tu joven Wherter





Narciso de Alfonso
Servando Gotor
El guacamayo azul

martes, 23 de julio de 2013

A LA MUERTE DE UN METECO de Georges Moustaki (Antonio Envid)




Nada más comenzar la pasada primavera fallecía Mustaki, el pasado 23 de abril. Con su pinta de meteco, de judío errante, seguirá viajando con su moto por las calles de París, los cabellos al viento, el griego de estirpe, alejandrino de nacimiento, parisino por vocación, Georges Moustaki. Seguiremos oyendo su voz grave, varonil, pero dulce y acariciadora, cantando aquellas viejas canciones en una perfecta dicción en francés. Representa para mí una época en que la vida se desarrollaba lejos de aquí (ahora París está ahí al lado, pero entonces nos separaban quilómetros de papeleo y de falta de dinero) en un París mitificado donde la gente era feliz, libre y educada. Hoy París ha perdido gran parte de su “glamour”, la vanguardia artística, sus canciones suenan algo trasnochadas, pero pronto le aguarda otra fama, la de los clásicos, porque un día fue la capital artística del mundo y no podrá concebirse la cultura de una época olvidando la canción francesa, y otra vez se recordará la voz de este meteco cantando “ma gueule”, un himno de un París abierto a todos, libre de intolerancias y racismos.

Antonio Envid



Le métèque

Avec ma gueule de métèque,
de juif errant, de pâtre grec
de et mes cheveux aux quatre vents,
avec mes yeux tout délavés,
qui me donnent un air de rêver,
moi qui ne rêve plus souvent,
avec mes mains de maraudeur,
de musicien et de rôdeur,
qui ont pillé tant de jardins,
avec ma bouche qui a bu,
qui a embrassé et mordu
sans jamais assouvir sa faim

Avec ma gueule de métèque,
de juif errant, de pâtre grec,
de voleur et de vagabond,
avec ma peau qui s'est frottée
au soleil de tous les étés
et tout ce qui portait jupon,
avec mon cœur qui a su faire
souffrir autant qu'il a souffert
sans pour cela faire d'histoires
avec mon âme qui n'a plus
la moindre chance de salut
pour éviter le purgatoire

Avec ma gueule de métèque,
de juif errant, de pâtre grec
de et mes cheveux aux quatre vents,
je viendrai, ma douce captive,
mon âme sœur, ma source vive,
je viendrai boire tes vingt ans
et je serai prince de sang
rêveur ou bien adolescent
comme il te plaira de choisir
et nous ferons de chaque jour
toute une éternité d'amour
que nous vivrons à en mourir

Et nous ferons de chaque jour
toute une éternité d'amour

que nous vivrons à en mourir (*)

_________

(*) Con mi pinta de extranjero,
judío errante, de pastor griego
y mis cabellos a los cuatro vientos,
con mis ojos tan diluidos
que me dan un aire de soñador,
yo que a menudo no sueño,
con mis manos de merodeador,
de músico y de vagabundo
que se pillaron en tantos jardines,
con mi boca que bebió,
que abrazó y mordió
sin saciar jamás su hambre.

Con mi grito de extranjero,
de judío errante, de pastor griego,
de ladrón y de vagabundo,
con mi piel que se frotó
al sol de todos los veranos
y de todo lo que llevaba faldas,
con mi corazón que ha hecho
sufrir tanto como él sufrió
sin hacer historias de esto,
con mi alma que no ha hecho
lo más mínimo
para evitar el purgatorio.


Con mi acento de extranjero,
judío errante, de pastor griego

y mis cabellos a los cuatro vientos,
yo vendré mi dulce cautiva,
mi alma gemela, mi fuente viva,
vendré para beber tus veinte años
y seré príncipe de sangre,
soñador o adolescente,
como quieras escoger,
y haremos de cada día
toda una eternidad de amor
que viviremos hasta morir


Y haremos de cada día
toda una eternidad de amor
que viviremos a morir




VUELVE BALCONCILLOS, NUESTRO BLOG DE POESÍA


El logotipo de "balconcillos":
Muerte sobre caballo pálido (1825-1835)
Joseph William TURNER - TATE GALLERY
(sgs)


El amor empieza cuando se rompen los dedos
y se dan vuelta las solapas del traje,
cuando ya no hace falta pero tampoco sobra
la vejez de mirarse,
cuando la torre de los recuerdos, baja o alta,
se agacha hasta la sangre.
El amor empieza cuando Dios termina
y cuando el hombre cae,
mientras las cosas, demasiado eternas,
comienzan a gastarse,
y los signos, las bocas y los signos,
se muerden mutuamente en cualquier parte.
El amor empieza
cuando la luz se agrieta como un muerto disfrazado
sobre la soledad irremediable.
Porque el amor es simplemente eso:
la forma del comienzo
tercamente escondida
detrás de los finales.

.Roberto Juarroz


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Ir a balconcillos


domingo, 21 de julio de 2013

CANTO A MÍ MISMO (II) DE WALT WHITMAN, EN LA VERSIÓN DE VLADIMIRA POUND




Apart from the pulling and hauling stands what I am,
Stands amused, complacent, compassionating, idle, unitary,
Looks down, is erect, bends an arm on an impalpable certain rest,
Looks with its sidecurved head curious what will come next,
Both in and out of the game, and watching and wondering at it.

Backward I see in my own days where I sweated through fog with linguists and contenders,
I have no mockings or arguments . . . . I witness and wait.



I believe in you my soul . . . . the other I am must not abase itself to you,
And you must not be abased to the other.
Loafe with me on the grass . . . . loose the stop from your throat,

Not words, not music or rhyme I want . . . . not custom or lecture, not even the best,

Only the lull I like, the hum of your valved voice.

I mind how we lay in June, such a transparent summer morning;
You settled your head athwart my hips and gently turned over upon me,
And parted the shirt from my bosom-bone, and plunged your tongue to my barestript heart,
And reached till you felt my beard, and reached till you held my feet.
Swiftly arose and spread around me the peace and joy and knowledge that pass all the art and argument of the earth;


And I know that the hand of God is the elderhand of my own,


___


Además de lo que me empuja y arrastra queda lo que yo soy,
estoy en pie divertido, satisfecho, compasivo, ocioso, unitario,
mira hacia abajo, está erguido, dobla el brazo en una especie de imperceptible apoyo,
mira curioso con su ladeada lo qué vendrá a continuación,
a la vez dentro y fuera del juego, y mirando maravillándose de ello.

Hacia atrás veo mis propios días en los que sudaba desorientado , confundido con lingüistas y contendientes,
no tengo burlas ni argumentos.... atestiguo y espero.



Creo en ti alma mía.... el otro que soy, no debe humillarse ante ti,
y tú no debes humillarte ante el otro.

Échate conmigo en la hierba.... libera el freno de tu garganta,
sin palabras, ni música o ritmo yo quiero.... ni manías, o lecturas, ni siquiera la mejor de ellas.

Sólo la calma que me gusta, el murmullo de tu voz modulada,

Me refiero a como retozamos en junio, en esas claras mañanas de verano.
Acomodaste tu cabeza en mis caderas y amablemente te volviste a mirarme,
y rasgaste la camiseta de mi tórax, y hundiste tu lengua en mi corazón desnudo,
y continuaste hasta que sentiste mi barba y continuaste hasta que tomaste mis pies.

Sigilosamente creció y me envolvió la paz y alegría y el sentimiento que trasciende cualquier arte y argumento del mundo;

Y sé que la mano de Dios es mi propia mano que reparte las cartas.




Walt Whitman
Hojas de hierba
(versión de Vladimira)


MASA Y CORBATA. Bárcenas en la pintura social de Nood (Truhán)



SIN TÍTULO (4)
Nood

Me gustaría que esto fuera el comienzo de una serie de comentarios sobre la obra de Nood, artista no por famoso profundamente desconocido. De hecho, estas pinturas son sólo una muestra más de los insondables misterios que su proteica personalidad encierra.

Y cuando digo que me gustaría, no me refiero a que la idea pueda truncarse por su sequía creadora sino, al contrario, porque mi imaginación no alcance la conveniente altura. Pero es que esta primera pintura, ya a simple vista, ha movido todas mis enfermas neuronas y me ha arrastrado al teclado para escupir inmediatamente lo que a simple vista me provoca.

Y -como diría Borges- tengo para mí, que esta obra habla de Bárcenas.  

Lo juro. 

Sí, es verdad que en estos tiempos todos andamos obsesionados con él, pero Nood no vive en España, no vive el día a día de aquí, en el que nos levantamos, desyunamos, trabajamos y nos acostamos (y para esto ya hace falta masoquismo) con Bárcenas.

La pregunta es cómo ha podido calar, allá por las tierras de Nood, el asunto Bárcenas hasta tal punto.  Pero enseguida nos llega la respuesta: igual que Shakespeare o la Biblia impregnan la mentalidad occidental sin haber leído uno ni otra, de la misma forma, la trama Bárcenas, llega hoy a cualquier occidental con raíces en España, siga o no nuestros telediarios.  Es así, lo impregna todo: la oficina, el gimnasio, la biblioteca, el aula... todo.

Y ahora no me digan que estoy loco o cuando menos obsesionado por el tema Bárcenas, por llegar a verlo también en esta pintura.

Para empezar, decir que no estamos ante una obra abstracta como a primera vista podría parecer.  No: el cuadro nos muestra figuras perfectamente representadas, si bien, desde un lenguaje naif.  En este sentido, sí, el artista quiere jugar con nosotros, lo admito.  Pero no engaña.

¿Y dónde está Bárcenas?  En la corbata, por supuesto.  

Porque la figura roja es una corbata (¿o también eso se me va a discutir?).  Bárcenas, es verdad, sufre de la ordinariez del nuevo rico, y digo nuevo rico porque aunque ya lo fuera hace años, no lo era tanto como hasta hace poco. Su levita color camello con cuello oscuro lo dice todo de él.  Y aunque hasta en la foto de la ficha policial sale con expresión soberbia (si le cogieran de cuerpo entero afloraría una nueva peineta), no es tan chulo como aparenta.  Esconde una falta de seguridad tal, que podrá prescindir del taxi a la puerta de su casa, de la gabardina y hasta de la levita color camello.  Pero de la corbata  ¡nunca!

La corbata va a acabar por erigirse, de verdad, en símbolo de aquellos inseguros incapaces de presentarse ante la sociedad como son.  De hecho Bárcenas, en su última declaración ante el juez Ruz, que venía de prisión (Bárcenas, no Ruz), pues, claro,  el hombre iba sin corbata.  Y ¿qué hizo? Pedir permiso al magistrado para calzarse una.  Yo no declaro sin ella.  Así de claro.

Lo que ya escapa a cualquier interpretación de nuestra pintura es el color de la corbata: ¡¡ROJA, OIGA!!...

¿Qué nos habrá querido decir el artista, al elegir de su egregia paleta, semejante color?  No hagan cábalas, ni siquiera busquen el gualda por el forro, no. Es roja sencillamente por la maldita horterez  de Bárcenas.  Nada más.

¿Y el fondo del cuadro? No, tampoco hay abstracción en él: es el mar inmenso con bruma entremezclada.  Ese ignoto oceáno que a Bárcenas le toca atravesar, con inicio sabido pero destino incierto.  Esa bruma, esa niebla mental de la que extraer lógicas arquitecturas que le permitan descansar algún día: concluir, si es que tiene fin, esta nueva y laberíntica singladura.

En todo caso, la corbata de Bárcenas navega segura hacia el juez Ruz.  ¿No lo ven? Pues está muy claro.

¿ Y... las bolitas que le siguen como los niños al flautista de Hamelin?  Bárcenas amenazó con tocar la flauta y la está tocando.  Y ahora todos (los implicados) le siguen como arrastrados hacia Ruz.  Todos: desde el pez chico al pez gordo, como brotes de olivo.  Los mismos que le seguían como masa idiota admirados por sus doradas corbatas, por la llave de la caja y por los sobres, forzosamente han de seguirle también ahora, ¿qué se pensaban?.  Y sus nombres se adivinan en cada una de esas bolitas ya sólo por su tamaño.

Impresionante esta primera reflexión de Nood, este análisis certero de una realidad que, aunque geográficamente lejana, mentalmente le toca, más bien le fustiga, igual que a cada uno de nosotros, españolitos de a pie: el artista sabe lo que va a pasar y nos muestra la crudeza no en abstracto sino con elocuentes símbolos.


Truhán
desdemibarricada



sábado, 20 de julio de 2013

AMARILLOS OLVIDADOS (Juan Serrano)





La mujer al despertarse nota frío al marido en la cama:
Tan cerca ¡y ya, qué lejos!

Luego, sus lágrimas se detienen en la tinta aún caliente de las venas de sus ojos que le dicen:

Mujer, me muero para siempre.

La mujer, al día siguiente, antes de salir de casa, guarda los besos del hombre, su cepillo de dientes, las pastillas en el armario de la habitación de matrimonio. Y cierra bien las puertas bajo llave:

No quiero que nadie me robe el corazón de mi amante.

La mujer, anda perdida, lleva en la mano una cesta de huevos y dos flores de calabaza recién salidas de la mata esta mañana:

¿Dónde estarás, buen hombre? ¡Te dejaste estos amarillos de la simiente que plantaste en primavera!



Juan Serrano
de su blog: Blao
3 julio, 2013


jueves, 18 de julio de 2013

MERODEANDO A... MANDA ROSAS A SANDRA (Narciso de Alfonso)



sgs



El fotógrafo de las rosas rojas a ti, nos ha dejado una ventana clásica con un libro abierto por lo blanco y cruzado en diagonal por el verde tallo de la rosa, que allá al fondo, donde se acaba la página, desenfocada, enseña su sexo rojo, que no es metáfora, sino que es por ahí por donde las flores se lo hacen, quizá el viento o una abeja les facilitan el coito, el cruce que no pueden hacer ellas solas, y tal vez sienten la levísima convulsión de un orgasmito, de esa muerte pequeña, si alguna muerte es pequeña.

‘Manda rosas a Sandra, que se va de la ciudad’ –dijo el poeta. Adónde iría Sandra, con la que está cayendo, quizá no sentía ya el rumor entre dientes de flecha recién clavada que el amor tiene que producir, tal vez se le rompió el amor de tanto usarlo, como les pasó a Bernarda y a Fernanda de Utrera, que cantaban con los bajos, con los adentros, con el potorro del coño, según sus propias palabras de jondo. 

En suma, que la rojísima rosa está agonizando sobre los papeles del libro abierto de par en par, y uno, merodeando, no sabría qué elegir, si tuviera que hacerlo: la rosa, roja como la vida, que está entregando el alma entre tantos párpados o el libro que es todavía en blanco y negro, como las películas mudas, como la realidad. 

Lo mejor que puede hacerse con una rosa es, tal vez, lo que haría una cabra como dios manda: comérsela con espinas, lo que viene a ser una forma simple y caníbal de amor, una incorporación a la propia carne de la rosa entera, que quizá acabaría asomando por los ojos de la cabra, enrojeciéndolos de pasión.

Merodeando, uno sabe de manera definitiva y cierta, sin esperanza ni tonterías, que ya no sabrá lo que es el amor, con lo que no me refiero a lo que se puede sentir, incluso tremendo, por una señora o señorita de la vida, sino más bien a lo otro, a todo lo otro que no se elige sino que te alcanza, si eres digno, y ya está: la guardia civil ha de abatirte a tiros, te han de clavar en una cruz para que te asfixies, ya lo dijo el poeta, claro, ‘la destrucción o el amor’.


Narciso de Alfonso
El Merodeador, IV


miércoles, 17 de julio de 2013

COMO FUENTE QUE MANA (Ángel Ferrer)


afs

Como fuente
que mana
cada gota
una palabra
que se aúpa
vertical
cayendo a la garganta
de mis ojos
mi voz
no te alcanza

Ángel Ferrer


martes, 16 de julio de 2013

LA PETIT COQUETTE CONQUISTA EL MONT VENTOUX (Antonio Envid)



Hallábame en la terraza de un figón en la plaza de un pequeño pueblo a los pies del Mont Ventoux esperando a que me sirvieran la comida, cuando el hostelero me pidió permiso para sentarse a mi mesa e invitarme a un pastis mientras llegaban las viandas, a lo que accedí gustoso. La conversación, más bien el monólogo de mi anfitrión, derivaba sobre asuntos domésticos del lugar, que no me interesaba lo más mínimo, pero era cuestión de matar el tiempo. Creo recordar, que entre las historias que me relató había una que me mereció cierta atención. Era la de una tal Maricel, muchacha campesina de la aldea, algo rellenita, de prietas carnes, como una ternerita, decía mi interlocutor, y parecía como si la boca se le hiciese agua pensando en hincar el diente a un tierno, pero turgente, entrecot. Según el hostelero, la muchacha era decidora y cuando llegaba a un lugar entraba con ella la alegría, reía con facilidad con una risa fresca y contagiosa. Traía revolucionados a todos los mozos del contorno, con todos coqueteaba, pero con ninguno se comprometía. No voy a casarme con ningún palurdo del pueblo, les decía, para desesperación de ellos, me casaré con alguien importante que vendrá en mi busca. Bien, ya sabe usted –aclaró mi interlocutor- que por aquí pasa el tour. ¡Ah¡ si nos visitara por esas fechas, no vería esto tan solitario y aburrido, se llena de forasteros que vienen a ver a los ciclistas. Maricel no se perdía ninguna carrera, de buena mañana salía a la carretera para escoger el mejor puesto para verla. Aquel año, vistió su traje de fiesta y con sus zapatos de tacón trepó torpemente por esos caminos pedregosos y se apostó en la primera fila a esperar la llegada del desfile de coches y bicicletas. Bueno, no solamente ella, todo el pueblo salió a la carretera, como siempre. Tras horas de espera, al fin, la multicolor columna hizo su aparición. Pasaban los deportistas recibiendo el ánimo y el clamor de todos, y, mire, de pronto un ciclista lanzó su mirada sobre ella como si fuera un proyectil. Como en un vídeo retenido, todo se paralizó, carrera, público, relojes, todo. Llegó el muchacho y la arrebató del suelo subiéndola a la barra de su bicicleta y partió otra vez veloz hacía la cima del monte, sin que ante la sorpresa nadie pudiera reaccionar. Todos quedamos pasmados, los periódicos no informaban de tal extraño suceso, de no ser por la ausencia de Maricel, creeríamos que lo habíamos soñado, nadie podía explicarse lo que había ocurrido. En los pueblos, ya se sabe, estamos todavía llenos de supersticiones, y pronto comenzó o propalarse el bulo de que aquello era un hecho sobrenatural, que había sido el diablo, trasformado en ciclista, quien había raptado a la muchacha, que cabía esperar una cosa así, porque Maricel, una “petite coquette”, más que eso, era una… “poule” y llevaba en danza a todo el mocerío del pueblo, y aquello no era sino un justo castigo. En fin, que con sus desaires, Maricel parece que había pisado más de un callo. Pasaron unos años, el hecho no estaba olvidado, pero ya no estaba presente en todas las conversaciones, y un día recibimos una llamada desde Nueva Zelanda, era Maricel que nos informaba de cómo se había casado con aquel ciclista y que tenía cuatro hijos y esperaba otro y que regentaban felices una granja de avestruces. Ya ve usted, que cosas ocurren en estos pequeños pueblos. Creo que el conejo a la provenzal que ha pedido estará ya listo y a su espera.

Antonio Envid


lunes, 15 de julio de 2013

"CANTO A MÍ MISMO", DE WALT WHITMAN, EN LA VERSIÓN DE VLADIMIRA POUND




Clear and sweet is my soul, and clear and sweet is all that is
not my soul.

Lack one lacks both, and the unseen is proved by the seen,
Till that becomes unseen and receives proof in its turn.

Showing the best and dividing it from the worst age vexes age,
Knowing the perfect fitness and equanimity of things, while
they discuss I am silent, and go bathe and admire myself.

Welcome is every organ and attribute of me, and of any man
hearty and clean,
Not an inch nor a particle of an inch is vile, and none shall be
less familiar than the rest.

I am satisfied — I see, dance, laugh, sing;
As the hugging and loving bed-fellow sleeps at my side
through the night, and withdraws at the peep of the day
with stealthy tread,
Leaving me baskets cover'd with white towels swelling the
house with their plenty,
Shall I postpone my acceptation and realization and scream
at my eyes,
That they turn from gazing after and down the road,
And forthwith cipher and show me to a cent,
Exactly the value of one and exactly the value of two, and
which is ahead?


* * *

Perfecta y limpia es mi alma y perfecto y limpio es todo lo que no es mi alma

Si falta uno faltan los dos ...y lo invisible es probado por lo visible
hasta que llega a ser invisible y se revela en su momento

mostrando lo mejor y separando lo de lo peor, el tiempo enferma a la edad
conociendo la salud y armonía de las cosas, mientras ellos discuten yo estoy en silencio y me voy a bañar y me admiro

bendito es cada uno de mis órganos y atributos, y los de cualquier hombre cordial y perfecto
Ni una pulgada ni una parte de una pulgada de una partícula es despreciable,
y ninguno será menos conocido que con el resto

estoy satisfecho, veo, bailo, río, canto;
Así, Dios se convierte en un amoroso compañero de cama y duerme a mi lado toda la noche y
se funde conmigo al despuntar el día
y deja para mí cestas cubiertas con toallas blancas llenando mi habitación con su abundancia
¿tendré que demorar mi aceptación y realización y gritar a mis ojos
que dejen la contemplación para después y sigan el camino
y rápidamente calculen mi valor al céntimo
Sin quitar ni poner el contenido de uno y el el contenido de dos, y qué tenemos delante?



Walt Whitman
Hojas de hierba
(versión de Vladimira)


domingo, 14 de julio de 2013

LOS S.M.S. DE RAJOY: DEMASIADA BULLA (Truhán)





A Rajoy se le podrá acusar de que tiene poca cintura, de falta de carisma, hasta de falta de energía, aquí y en Bruselas, si se quiere. Pero de lo que no puede acusársele es de idiota, al menos en relación a los S.M.S. que hoy publica El Mundo.

Por partes:

1º Que eran compañeros y amigos, no es nada nuevo.  De hecho, antes de aparecer las cuentas de Suiza Rajoy defendió en público a Bárcenas. 
2º Tras la aparición de dichas cuentas, ya no ha habido ni un sólo mensaje más de Rajoy.
3º Sus mensajes a Bárcenas lo único que revelan, en todo caso, es la posición del ex-amigo que te da largas: resiste, ánimo, hacemos lo que podemos, tranquilidad, tranquilidad… es lo único que no se puede perder... (literal).
4º Que sí, que hay que contextualizar tales mensajes: por supuesto que sí, y el contexto es precisamente que Rajoy dejó de escribirle a Bárcenas y que Barcenas está en la cárcel.
Por tanto, por muchas vueltas que se le dé al asunto y muchas lecturas que se intenten, estos mensajes no dicen nada.  Tan es así que hasta podría pensarse que están supervisados por sus abogados (pues esa es una de las funciones principales de los abogados: vigilar preventivamente lo que sus clientes dejan por escrito). Bárcenas, no. A Bárcenas le sobran sus abogados.  Va por libre. Y eso, además de que es público y notorio, también se nota en sus mensajes, el último de los cuales no puede ser más miserable y torpe: Tú sabrás a qué estáis jugando pero yo quedo liberado de todo compromiso contigo y con el partido. ¡Olé! 
¿Rajoy, tonto?  Hombre, por favor, quizá lo sea, pero no en el tratamiento que ha dado a sus mensajes.
¿Y Pedro J. Ramirez?  Tampoco, por supuesto: este hombre es capaz de convertir una pobre noticia en un enorme titular y hasta de hacer que el país (y hasta El País) tiemblen por ello. Insisto: resiste, ánimo, hacemos lo que podemos, tranquilidad, tranquilidad… es lo único que no se puede perder... (literal). Y aquí estamos, toda España pendiente de unos textos que no dicen nada. 
Y en una democracia, digo yo, hará falta algo más que esto para cargarse a una mayoría absoluta expresada en la urnas. 
Sin perjuicio, por supuesto, de que sigan las pesquisas y la instrucción hasta sus últimas consecuencias.  Y entonces sí, llegado el caso, que caiga quien deba de caer. Pero no antes y menos porque lo pidan quienes lo están pidiendo: Rubalcaba y Cayo Lara, que también hace falta echarle cara. (Y ya, lo de romper relaciones con el partido del Gobierno... no nos faltaba más que esto.  Como un cónyuge descerebrado en un proceso de divorcio, igual). 
Seguro que alguien pensará que estoy defendiendo a Rajoy. Ni de coña. Simplemente me limito a defenderme a mí mismo de la contaminación absurda a la que los medios de comunicación, los partidos y el sistema, en suma, me tienen sometido y el estado de ruina que entre unos y otros están dejando el patio. Resulta francamente agobiante e insostenible. Nada más.

Truhán
desdemibarricada


________________________

LOS S.M.S.:

23 mayo- 1 Septiembre 2011:

Rajoy: Rosa, gracias, eres un encanto. Yo estaré ahí siempre, al final la vida es resistir y que alguien te ayude, tampoco hacen falta muchos. Un beso y otra vez gracias.

Rajoy: Muchas felicidades Rosa. Esperemos todo se confirme. Un abrazo y a Luis otro. Mariano



21 febrero de 2012
Bárcenas: Mariano la nota tiene que ser del Partido se están dando datos que no coinciden con la contabilidad Del Partido. ¿Cómo lo voy a certificar yo? Hubo ademas un concurso y se Presentaron 5 agencias. Yo no era el tesorero. Si no lo hace el partido nos dejas a los pies de los caballos y creo que ya hemos sufrido bastante. Dale instrucciones a Prensa por favor. Gracias

26 de febrero de 2012
Bárcenas: Perdón por la insistencia pero es necesario. Tienes un nombre que te dio tu interlocutor. Cualquier otra cosa es mantener la situación como está o empeorarla. No hay otra solución viendo el comportamiento sectario. Ya no podemos más. Gracias y un abrazo.

23 de febrero y 10 de abril 2012
Rajoy: Vale
Rajoy: No es cierto Luis. Para qué va a hacer daño. Yo hable con ella… esto no es fácil, no hay que equivocarse. Tranquilidad… es lo único que no se puede perder. Un abrazo
Rajoy: Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos. Ánimo
Rajoy: Mañana no puedo. Viernes a las 17h

18 de enero de 2013
Bárcenas: Hable con nuestro amigo. Gracias. Es fundamental que tengas en cuenta el nombre que él te propuso para ese puesto. Un abrazo
Bárcenas: Querido Mariano le he trasladado a ¿? la improcedencia de que yo haga un comunicado para contrarrestar la filtración de Cospedal al Mundo. Yo, después de mirar ayer el partido para otro lado, no tengo credibilidad. Debe salir ella y pedir que El Mundo aporte las pruebas. Conmigo puedes contar siempre y sabes que te estoy agradecido por el apoyo que personalmente siempre me has dado. Un abrazo fuerte. Luis

18 y 20 de enero de 2013
Rajoy: Luis, lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré. Un abrazo

20 de enero y 5 de marzo 2013
Bárcenas: Estoy tranquilo y soy fuerte. ¿Estás de acuerdo con las órdenes que se han dado en el partido con respecto a mí? Te ruego que me llames como quedaste para saber dónde estamos. Es urgente. Gracias
Bárcenas: Mariano necesito hablar con Javier. Como le dije a Matari os estáis equivocando. Los papeles supuestamente de Álvaro y míos están judicializados penalmente en Plaza Castilla y ahora pendientes de la decisión de Ruz. Yo sí tengo las ideas claras. Abrazos.

6 y 14 de marzo de 2013
Rajoy: 650705??? le ha llamado a a las 10:08 el 06mar
Bárcenas: Tenia el móvil apagado y he visto tarde tu llamada. Te he contestado pero no he podido hablar contigo.

14 de marzo de 2013
Bárcenas: Mariano, vergonzoso el comportamiento esta tarde de los dos abogados del Partido. No han permitido que las personas que he enviado verifiquen el contenido de las cajas que había en el despacho que tú me autorizaste. Tú sabrás a qué estáis jugando pero yo quedo liberado de todo compromiso contigo y con el partido


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