martes, 31 de enero de 2012

CRÓNICA A DÚO (Por Azulenca)

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MJM




Ha sido una semana de dúos. Por ejemplo, Camps y Costa o Ca&Co en su papel de dúo dinámico vistiendo de lo mismo y sentados en el banquillo esperando una sentencia a la medida. El juicio ha sido un sainete en toda regla, con sastre, con jurado popular, con prensa, con incontinencia verbal y al final todo por unos trajes de trabajo, eso decía San Paco Camps. La sentencia era la que cabía esperar, total por unos trajes de nada tanta movida. La gente se ríe pero no se alegra, eso me decía mi abuelo. Pues eso le pasó a Camps cuando escuchó la sentencia, que se rió cuando oyó “no culpable”; pero creo que no se alegró porque era tarde para alegrarse, porque se ha quedado fuera de la política y a un político esto le lleva a soltar la risa inguinal, esa risotada sin ganas, con dientes y sin gracia. San Paco Camps se ha quedado en víctima a secas que no mártir. Muchos han sido los indignados al conocer esta sentencia, pues tienen un remedio casero tratándose de Valencia. Que hagan un ninot con Camps, los trajes, el sastre, el jurado y verlo arder en las fallas, así se quitarán el amargor de ese juicio con mucho ruido y pocas nueces. El fuego lo purifica todo, eso dicen en la India.


Otras gemelas luciendo igual estilismo han sido la alcaldesa de Madrid no apta para alcohólicos, Botella, y su amiga castiza, serrana, chulapa Esperanza Aguirre. Ahora cuando comparecen juntas visten casi de lo mismo, parecían Pili y Mili. Y es que a estas dos les va el protocolo y no quieren desentonar. A partir de ahora Ana llamará a Espe para decirle: Espe, ¿qué te vas a poner? Esta pregunta es muy importante a la hora de hacer política de diseño con firma.


Otro dúo, esta vez disjunto, es el del Elfo Económico Montoro y De Guindos caído del suyo. Estos dos no se ponen de acuerdo, el Elfo se le ha comido el terreno a De Guindos; aunque bien mirado es la clásica pareja entre un teórico y un práctico. En estos casos el teórico siempre acaba dimitiendo. De Guindos parece no pintar nada y cuando pinta lo dice en inglés.


Soraya ha sido vetada, más o menos, para ser pregonera de la Semana Santa vallisoletana al no estar casada por la iglesia. Y yo me pregunto, ¿no había otra para este menester? Ya de por sí los políticos resultan cansinos, y encima van y los eligen para dar pregones. Y tal vez Soraya, tan metida como está en su papel de Vicepresidenta, se crea estar de Portavoz del Gobierno a la hora de dar el pregón y les suelte que Cristo viene para redimirnos de la crisis o algo parecido; y para contarlo lo mismo lo escenifica con las manos, moviéndolas como las mueve para explicarse como si estuviera midiendo a palmos de tela.


Caso Urdangarín y su abogado, otro caso. Un hombre con pinta de revisor del agua de los años sesenta, con tal incontinencia verbal que cuando habla levanta una polvareda. Menuda defensa se ha buscado el Duque, lo defiende alegando que su cliente pagaba muchos impuestos; al día siguiente se filtra la noticia de que el Duque se evadía de todo lo que podía, hasta de pagar a sus criados lo que legalmente les correspondía. El Duque haría bien en pagar a su abogado para que se esté calladito.


El hombre de las cejas nevadas, el edil más faraón convertido ahora en el ministro más justiciero, Gallardón, quiere iniciar la gran reforma de la Justicia. Este hombre cuando emprende cualquier cometido lo hace a lo grande, este sustituirá la cabeza del símbolo de la justicia ciega y con una balanza en la mano por la suya, con sombrero y antifaz: El Zorro. El quiere ser siempre protagonista, como sea.


¿Y Mariano? ¿Qué es de Mariano? Pues Rajoy ha sido recibido con todos los honores por la lechera germana, Angela Merkel; con honores y hasta con romanticismo a decir por las fotografías, agarraditos de la mano, Angela y Mariano, parecían dos enamorados en el día de su petición de mano. Y es que la crisis hace la unión.


El miércoles al Cine. Drive: un plato fuerte bien servido.

Azulenca



 

lunes, 30 de enero de 2012

PATTY (Servando Gotor)

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SGS


No fue mi primer amor, que ya digo nunca lo tuve.  Tampoco el único,  que tengo dicho se fue.  Patty fue un pequeño amor. Un amor efímero, fugitivo, momentáneo. Como una gota de rocío.  Como una de esas canciones antiguas que se acaba cuando empiezas a disfrutarla.  Carácter informe,  retrato difuso, lóbrega luz.  Rayo de luna roto por la implacable espada de un amanecer dudoso.  Eso fue Patty para mí.  Todo y nada.   La vida, el mar, los bosques, las montañas.  Todo, en un momento.  Un rayo, un flash, un pequeño destello.  El universo encerrado en el tiempo.  Como la primera explosión, como el primer aliento.
 

A Patty la vi en el parque, en el cabezo.  Yo nunca iba al parque, pero sabía como era de tanto imaginarlo. Y una mañana de primavera que tuve el presentimiento de que Patty, que no sabía ni quién era ni cómo era, aparecería por allí,  me acerqué en un golpe de luz.  Y acerté.  Me planté en el jardín botánico y la vi llegar.  La vi acercarse con su falda plisada y cortita de cuadro escocés, su jersey rojo ajustado, su melena negra, brillante, suelta y perfumada.  Su piel melosa, tostada y divina.
 

Sus ojitos brillantes arrancaban a las flores arpegios tristes.  Y yo me estremecía. 

-          ¿Por qué lloras Patty, qué tienes?
 

Patty no contestó.  No dijo nada.  Se apartó el pelo de la cara y sus ojos desnudos me miraron. Apoyó su cabecita sobre mi hombro y al acogerla entre mis brazos su imagen, toda ella, se desvaneció.  ¿Quién era Patty?  ¿Quién aquella luz cegadora que se extinguió al contacto con mi piel?

Miré unas rosas rojas.  Quizá en ellas estaba la respuesta, es posible, no lo sé.  Luego me fui.  Desperté.

Después he sido incapaz de retener su cara, sus ojos, sus labios.  Sólo una canción, ignoro exactamente por qué, consigue acercármela como un rayo, como un destello.  Y me gusta, me gusta oirla. 
 

Who'll walk me down to church when I'm sixty years of age

When the ragged dog they gave me has been ten years in the grave
And señorita play guitar, play it just for you

My rosary has broken and my beads have all slipped through 


-Sire.
-Qué waiter.
-¿Sabe? Me gusta esa canción. La conozco.  Elton John, Bernie Taupin.  1970.  Nunca, nunca más repetirían algo semejante, ni uno ni otro.  Todo lo demás...  Todo lo demás, si me lo permite, Sire...
-... una mierda.  Una puta mierda.
               -Exacto, Sire, una mierda al lado de aquello.




Servando Gotor
Cuescos


domingo, 29 de enero de 2012

¿PERO CÓMO VA EN REALIDAD NUESTRA ECONOMÍA? (Antonio Envid)

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SGS



Quizá lo peor de la especulación sea el convencer a la sociedad de que no importa lo que se trabaje, lo que se produzca, se importe o se exporte, que la economía real carece de relevancia, que lo único real es lo virtual: la economía financiera.

Pues bien, para la economía financiera española 2011 ha sido un año especialmente malo, con quiebras de cajas, retracción del crédito y colocación de nuestra deuda en el exterior a unos precios imposibles de soportar. Pero ¿cómo ha ido nuestra economía real, la del mundo de las fábricas y los negocios? Lo más llamativo es que parece que esta otra realidad no exista, casi nadie habla de ella.

Trataremos de contestar a la pregunta que encabeza esta nota. Con el panorama que hemos mostrado sobre las finanzas, sería totalmente inconsistente que la economía hubiera funcionado correctamente, pero la realidad muestra que se ha desarrollado mejor de lo que cabía esperar. Aparte del horrible mal que aqueja a nuestro país, que es el paro, con más de cinco millones de parados, y esto sí es real, como la vida misma, con sus secuelas de frustración personal y pobreza, aparte de esto, digo, las cifras macroeconómicas no han sido tan desastrosas como la intuición nos indica.   

Según los últimos datos de la contabilidad nacional proporcionados por el Banco de España y que mostramos sintetizados a continuación


En millones €
Septiembre 2010
Septiembre 2011

ingresos
pagos
saldo
ingresos
pagos
saldo
Cuenta corriente
29.905
33.929
-4.024
31.430
35.040
-3.610
Balanza comercial
16.288
20.488
-4.200
18.230
22.749
-4.519
servicios
8.877
5.616
3.261
9.329
5.459
3.870
Rentas
3.524
5.499
-1.975
2.296
4.779
-2.423
transferencias
1.226
2.326
-1.110
1.575
2.053
-478
Cuenta de capital
662
106
556
152
173
-21
Cta corriente+capital
30.567
34.035
-3.469
31.582
35.213
-3.631



Podemos extraer conclusiones, algunas no negativas del todo:

La Balanza comercial, o sea la diferencia entre las importaciones y las exportaciones, lo que revela el músculo de un país, muestra un déficit crónico. Esto ya lo sabemos, no somos capaces de exportar lo suficiente para pagar nuestras importaciones, pero su déficit ha mejorado notablemente comparado con el mismo periodo del año anterior. Lo más sorprendente es su dinamismo frente a la atonía que parece reinar, con un aumento de nuestras exportaciones de 11.9% respecto al mismo periodo del pasado. También, claro está, han aumentado las importaciones (11%) pero en éstas pesa como una losa la compra de petróleo y sus derivados, que han mantenido altos precios durante el año y de los que somos totalmente dependientes del exterior.

Mientras, la Balanza de servicios, con la que tradicionalmente cubríamos el déficit comercial, ha aumentado notablemente su saldo positivo, debido al buen comportamiento que ha tenido el mercado turístico. 

Las balanzas de rentas y de transferencias se han comportado igual de mal que en periodos anteriores, pero es que uno de los efectos colaterales negativos de nuestra descabellada política económica de los últimos años ha sido la respuesta de los trabajadores extranjeros a nuestra llamada, los cuales, en su mayoría y muy legítimamente, remesan lo que ahorran aquí a sus países de origen, con la consiguiente sangría para nuestras cuentas.

Como consecuencia de todo ello, la suma del saldo de nuestra Cuenta Corriente que, aun con la considerable mejora que muestra respecto a igual periodo del año anterior, presenta el escalofriante déficit de 3.610 millones de euros, añadido al saldo negativo de la Cuenta de Capital, evidencia unas necesidades netas anuales de financiación exterior de 3.631 millones de €. Este mayor endeudamiento anual que exige nuestra economía supone el 1,35% del PIB, lo que sería muy tolerable si no partiéramos de la brutal deuda que tenemos pendiente.

La última reflexión que se me ocurre es que ha sido un año con un gobierno ausente, que lo único que ha hecho ha sido hablar, hablar y anunciar medidas siempre postergadas, y sin embargo el país ha mostrado capacidad de respuesta, de modo ¿qué tal si enviáramos de vacaciones, a un crucero, por ejemplo, a nuestros dirigentes durante una buena temporada? seguramente con trabajo y sacrificio este abnegado país sabría salir adelante.

 
Antonio Envid




sábado, 28 de enero de 2012

DIME OSADÍAS, REMO (Narciso de Alfonso)

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SGS



Dime osadías, Remo, dime sandeces, indecencias, disparates, porquerías, haz que me sienta una mujer, aunque sólo sea por un rato.

-         Me gustas más que el fútbol, Silvia, quisisera ser un entero equipo de fútbol, con reservas y suplentes incluidos, un buen equipo de primera o de segunda, sí, ser todos los jugadores a la vez y amarte con prisa y desgarro, como si ya no fuera a verte nunca más, amarte con los once titulares, uno detrás de otro, salvaje y precipitadamente, y después seguir amándote con los suplentes, los reservas, el masajista, el entrenador, uno detrás de otro, sin darte tiempo a descansar, si acaso unas friegas rápidas del masajista pero nada más.

-         Sigue, sigue, Remo, por favor, un poco más, y échale más imaginación y más morbo, anda.

-         Yo sería un pura sangre árabe, galopando por el bosque, y tu serías la dulce y lasciva muchacha que habrías salido de paseo para hacerte la encontradiza con granjeros, labriegos, ociosos, mozos de cuadra, cazadores y pescadores. De pronto te vería, justo cuando te agacharas para coger una tierna flor azul, y entonces todo mi poderío equino, la energía de mi salvaje naturaleza, el recóndito celo de semental, los instintos sexuales más primitivos, todo se apoderaría de mí al verte, y saldría del bosque para ir a tu encuentro, y tú enseguida adivinarías mis claras intenciones, y te montaría allí mismo, en medio de la pradera, sin precauciones ni recato, ciega, apasionadamente, una y otra vez, hasta agotarte, y después te llevaría sobre mi sudoroso y brillante lomo hasta al río, a la sombra de un nogal, y te daría fresas silvestres hasta que estuvieras descansada y de nuevo amorosa, y allí mismo, a la vera del río, sin miramientos ni tonterías, te volvería a montar, una y otra vez, hasta agotarte, hasta que me dijeras basta amor, basta por el momento.

-         Dime cochinadas, Remo, cosas lujuriosas y soeces que invadan mi imaginación y mi espíritu, anonádame.

-         Yo sería un estrangulador buscado por toda la policía y tú serías una despistada muchacha paseando sola en la noche de la ciudad. La luz verde y roja de los neones se reflejaría en el asfalto mojado. La calle desierta, los contenedores de basura llenos y volcados, solamente el sonido de tus pasos. Te atraparía justo cuando pasaras por el portal de la calle Windsor, 32. Mi mano tapando tu boca mientras te arrastrara al interior y te dejara caer sobre la sucia escalera. Mi diestro cuchillo rasgando tu ropa, mi excitación ya incontenible, tus ojos horrorizados cerrándose despacio, vencidos al sentir la penetración, mi mano buscando tus pechos, tu garganta. Y de pronto yo sabiendo que no te podía estrangular, que todavía no te podía estrangular, que necesitaba tu sexo otra vez, otra vez, arrastrándote entonces al ascensor, volviendo a poseerte, mi mano de nuevo buscando tu garganta, y yo volviendo a saber que no, que todavía no, que antes de matarte necesitaba penetrarte otra vez, una vez más, y la sirena de la policía sonando en la calle, y tú levantándote y cogiéndome de la mano y guiando mis pasos en la oscuridad y besándome largamente mientras volvía a poseerte, y tú febril, buscando mi cuello con tu mano y pidiéndome sigue, sigue, una vez más.


Narciso de Alfonso
Cuescos

viernes, 27 de enero de 2012

PSICOLOGO (Ángel Ferrer)

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Buenapasta Bienplantao era un joven perseverante, persistente. Ese día fue a recoger su título universitario, pues estaba impaciente por empezar.

Tanto que se acercó a casa de su amigo Jandro, el dueño de la ferretería, para que le grabase la placa que pondría en la entrada de su despacho.

Eran las once de la noche y Jandro accedió.

Tomaron algo en el bar de al lado. Buenapasta no paraba de hablar y hablar de las muchas ganas que tenía de ayudar a la gente.

Se veía a sí mismo , fuerte, positivo, dadivoso...no será dificil que la gente se contagie, pensaba él.

Terminada la charla, los dos salieron del bar y Buenapasta se dirigió a su despacho, para poner la placa enseguida. Iba un poco ebrio, de ilusión, de ganas y de cerveza, pero controlaba, era un aspecto que siempre le había llamado la atención de sí mismo.

Colocó la placa y se alejó unos pasos para verla bien.

-- "PSICOLOGO", dijo para sí en voz alta.

Terminada la tarea, y sin hacer mucho ruido dada la hora, entró en la habitación y se sentó en su silla tras la mesa. Comenzó a observar todo lo que le rodeaba. Buenapasta no tenía un despacho muy cargado. Era más bien una decoración sencilla. La habitación tenía simplemente un cuadro en la pared de enfrente y un store en la ventana, para conseguir intimidad y ambiente cálido. Él más bien se centraba en la conversación, no quería distracciones.

Dieron las doce, Buenapasta pensó que era hora de irse, pues al día siguiente tenía que comenzar su labor.
Se apoyó en los brazos de su silla comprobando que no podía despegarse de ella, notando que su propio peso aumentaba.

No tenía suficiente fuerza para incorporarse, intentándolo varias veces sin éxito.

Inmediatamente pensó:

-Debe ser el alcohol.

-Quizá debería descansar aquí un poco.

No se asustó, Buenapasta era de los que ponía en marcha su herramienta analítica para observarlo todo, antes de que entrase el miedo.

Apoyó los dos brazos en la mesa para echar una cabezada y entre la vigilia y el sueño comenzó a escuchar unos susurros, leves al principio... y más cercanos, numerosos y fuertes cada vez.

Un poco de miedo se apoderó de él, momento en el cual, notó que la silla resbalaba por sí misma, observando, al mirar hacia abajo, cómo una materia negra y viscosa salía del suelo e impregnaba las patas de su silla, trepando en espiral hacia arriba y moviendole en todas direcciones levemente.

Estaba asustado, pero observaba todo dentro y fuera de sí mismo. En ese momento y no comprendiendo nada, se dijo: "que sea lo que Dios quiera", abandonándose por completo a lo que estaba viviendo.

Las voces aumentaron su tono hasta un volumen inaguantable y la masa viscosa le envolvía por completo hasta la cabeza, a la vez que se notaba suspendido unos centimetros sobre el suelo.

En ese momento las voces cesaron y oyó que alguien decía:

-- "Nunca más saldrás de aquí".

Buenapasta, notó que la masa viscosa disminuía, evaporándose poco a poco e iba comprobando cómo volvía la sensación de livianidad a su cuerpo, como siempre había sido.

Inmediatamente comenzó a repasar lo sucedido, quieto y analizando la situación....

Mientras tanto, en otro plano , dos arcanos asomados dialogaban entre ellos:

-- Es obstinado, no se... quizás nos cree problemas.

-- Tienes razón, habrá que vigilarle de cerca, no se asusta.

-- No sabe lo que le espera.

-- Vámonos


Buenapasta se incorporó extrañado, escéptico, como siempre, aspecto que le permitía crear una pequeña distancia para observar y analizarlo todo y se marchó del despacho. A la mañana siguiente tenía su primera consulta a las diez y quería descansar...


Ángel Ferrer


jueves, 26 de enero de 2012

LAS COSAS POR SU NOMBRE (Juan Serrano)



El mismo poeta (*) que quiso morirse de otra muerte y al que le gustaba que otros ojos futuros lo soñaran dijo también que el mejor poema está en lo no dicho.

Tal vez por eso yo no escriba en verso que a mí me gusta llamar a las cosas por su nombre; pero son muy putas las palabras, nunca me hacen caso. Y si por casualidad alguna vez dijeron lo que pienso, fue cursilería mi facundia, más presumida y malograda que un ataúd de serpentinas festejadas. Las palabras se mueren cuando intento abrir lo que llevan dentro, tinajas rotas en las que no reverbera el eco.

Cuando yo te digo por ejemplo esta mañana al verte tan azul y transparente: “te quiero”, me sacas la lengua, te burlas de mi pensamiento y no te crees lo mucho que te quiero.

Son mis palabras pájaros sueltos que se escapan de mis manos y al momento sus alas desnudas, aire de espuma roto en mil pedazos, ya no las veo.



Juan Serrano
(En el blog Blao
2 marzo 2008)

miércoles, 25 de enero de 2012

CREPÚSCULO - vuelve Malrencor (Antonio Envid)

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AEM


Baldesca, adormilada, desentumece sus músculos con un felino estiramiento, para volver a arrebujarse en las tibias sábanas, mientras aspira el rastro del olor del cuerpo que acaba de abandonar el lecho. La tarde se desangra en lilas tras las cortinas de cretona. Falta el gato de porcelana y maúlla el amor con dulce ronroneo, pero no falta la media luz, crepúsculo interior de suave terciopelo. Baldesca, en el fondo, es una cursi sentimental sin remedio. Una bandeja, la del almuerzo (mondas de naranja, unos higos, platos con restos de comida, un pequeño búcaro donde han agonizado a lo largo de la tarde las flores) yace abandonada en el suelo con aspiraciones de naturaleza muerta en busca de un Cézanne o un Picasso.


Ibo está en el baño, frente al espejo, rasurándose la barba y preparándose para ir a abrir el club. Es preciso que el dueño llegue el primero, de modo que se garantice la disciplina. Llevar un club no es tarea fácil, se precisa bastante autoridad para dirigir al personal y controlar la clientela. Tras la masacre de la noche de Reyes Ibo se apropió del club y organizó los escasos restos que quedaron de la banda de Malrencor; nada de particular, matoncillos de poca monta que servían para hacer algún recadillo y dar color al establecimiento.


Baldesca odia esta hora crepuscular en que sistemáticamente es abandonada y sueña con que es Kim Bassinger. Ibo está lejos de parecerse a Rusell Crowe, pero ha de reconocer que ella tampoco tiene el atractivo maduro de la prostituta de L. A. Confidential, a pesar de ser más joven. Puestos a soñar, Baldesca quiere ser la atormentada Gilda y hallarse en Buenos Aires, Corrientes 348, segundo piso ascensor, mientras Ibo se viste el esmoquin para abrir el casino. Ibo es Glenn Ford, por supuesto, tan guapo, tan elegante con su esmoquin, tan viril y duro…. y ella, Rita Hayworth que se debate entre el odio y la pasión de amor. El cerebro de Baldesca está poblado en un confuso magma formado por miles de escenas de cine y telenovela con fondo de boleros y tangos, que alivian en algo su oscura vida de mantenida de un chulín de escasa relevancia.


Tras la despedida con un desmayado beso, Baldesca, sonámbula, abre la ventana del apartamento. Ya ha caído la noche. Un abejorro, de pesado volar, peludo y desagradable se cuela con un ronco bisbiseo en la habitación. Tras torpes revoloteos por la pieza se metamorfosea en Malrencor, que una vez corporeizado se dirige a la joven.


-Eres mía, lo sabes. Mira en tu ingle derecha, verás tatuado “belonging to the Malrencor”. Eras mía en el mundo y lo eres ahora en el inframundo donde habito. Tu sangre me pertenece, esa sangre con la dosis justa de hemoglobina, alcohol y coca que tanto preciso. El más sublime coctel que pueda desear. Entrégame tu sangre. Entrégate toda y disfruta.  


La joven languidece, se ofrece y Malrencor con torpes movimientos, patoso, rudo, se abalanza sobre la yugular de la chica y sorbe, en medio de eructos y alaridos de satisfacción. Un rictus de éxtasis se dibuja en la cara de Baldesca trasmutada en Bella, que siente en su cuello el inquietante aliento del apuesto Edward, sumergidos ambos en el morboso y romántico ambiente de “Crepúsculo”.


Ahíto, regoldando, Malrencor se despatarra en un sillón.- Bueno, ya es hora de ir a sentarle la mano a ese imbécil de Ibo. Lo tomo como encargado y el muy mamón se cree el amo…



Antonio Envid.

lunes, 23 de enero de 2012

CRÓNICA 007 (Por Azulenca)

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SGS


Hay sentencias judiciales que sientan precedente, dada la indulgencia judicial en casos tan mediáticos como sangrantes, de las que se puede deducir que en España hay licencia para matar. Me estoy refiriendo, por supuesto, al caso de Marta del Castillo. Toda España lloró al conocer esta sentencia y los presuntos se fueron de rositas chulescamente. Sí, ya he oído que al no haber aparecido el cuerpo de Marta los jueces se han limitado a aplicar la Ley. Pero todo esto es el resultado de una chapuza que apesta. Los presuntos no cantan, el cuerpo no aparece y la policía ha estado más inoperante que nunca. El final es el que ya conocemos, en fin, una vergüenza.

Otra vergüenza son los AMAIUR exigiendo, en español para que se les entienda, que se trate con urgencia el asunto de los presos de ETA. ¿Y por qué no dan el comunicado en vasco? Otros a los que les pueden salir baratas las condenas por asesinato.

Voy a cambiar de tema que se me alteran las meninges. Decía el padre de una amiga mía: si quieres que algo se quede fijo, déjalo eventual. Según el Elfo Económico, Montoro, todas las medidas que está tomando el nuevo gobierno son eventuales. Con este gobierno y con tanta eventualidad no sé adónde iremos a parar.  

La comparecencia de Sor Aya del niño Iván, su retoño, como portavoz del gobierno resulta patética. La afectación de Sáenz de Santamaría, subida a un cojín para dar la talla que le otorga el cargo, me recuerda la de un médico dando el parte semanal sobre la evolución de un paciente que está en la UVI: la nación. Lo mejor del pasado viernes fue lo del recibo de la luz: la facturación se hará bimensual y real. La diferencia entre este gobierno y el anterior, es que los Socialistas funcionan enchufados a la red y los Populares van con pilas.

El Partido Popular trabaja mucho, las medidas eventuales van a ser muy duras y quienes las vamos a padecer seremos los de siempre: los que tenemos una nómina que da para vivir y poco más, y con organización. El tema de los emprendedores que quieren promover los Populares está muy bien, pero a qué llaman ellos emprendedores: ¿A un tipo con imaginación, una mesa y un teléfono? A mí me corre prisa que se llegue cuanto antes al acuerdo entre la patronal y los sindicatos. Este hombre de la patronal, este Rosell con pinta de decimonónico rancio, debería dar soluciones justas, proposiciones decentes en lugar de poner sobre la mesa una negociación basura aprovechándose de las circunstancias. Y los sindicatos… deberían mirar las caras del obrero y del parado. Y Fátima, -la ahora Ministra del paro- Báñez la dialogante con pinta de cantautora clásica, que se aplique el cuento y que se ponga al tajo. Por cierto, el otro me día me llamó la atención la noticia de que la cifra de accidentes de trabajo había descendido considerablemente; estaría bueno que con el paro activo que tenemos y con toda la construcción parada, encima hubiese aumentado la cifra de accidentes laborales. Vamos… sería ya para mirárselo.
 
El juez estrella, SuperGarzón, se ha quedado reducido a juez superestrellado. Ni voz le queda a Baltasar: mucho protagonismo, mucha toga y poca explicación. Encontré a Baltasar desorientado en su propio juicio, sin saber dónde ponerse, vamos, que no supo ocupar su puesto de acusado y que se comportó como juez que anda por su casa. No hay nada más ridículo en esta vida que estar descolocado y que encima lo retransmitan. Yo creo que la sobreactuación de Garzón lo ha convertido en víctima de sí mismo.

Fin de semana político para los socialistas que se fueron de congresillos. Desde que está en la oposición, a Rubalcaba le está creciendo el pelo en el macizo central de su calvicie. Es la clara señal de que las ideas le crecen mejor cuando no toca poder. Ahora Carme de Cataluña se ha reconvertido en Carmen de España y olé, hay que reconocer que a la Chacón estos años de mili le han hecho efecto: no hay nada como oír el Himno Nacional todos los días y hacer el saludo a la Bandera.

España ha dicho adiós a Fraga Iribarne, el hombre que se zambulló en las playas de Palomares para un NO-DO, el que dijo “La calle es mía”, el Ministro que inventó el turismo; ha muerto el “zoon politikon” (animal político), así era como le gustaba definirse. Descanse en paz.

El miércoles al cine. La Dama de Hierro. Hay que reconocer que Meryl Streep está inmensa en el papel de Margaret Thatcher; un papel que bien le va a valer un Oscar. Aunque ya conozcamos la historia y aporte poco o nada a lo que ya sabemos, es una película que bien merece ser vista.



 Azulenca


domingo, 22 de enero de 2012

LA CITA (Servando Gotor)

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SGS

Tuve que correr a través de calles desconocidas (1) bajo infinitas gotas de lluvia que se estrellaban contra aquellos enormes adoquines, también extraños. Las farolas escupían a la noche y la noche vomitaba luto. ¿Por qué?

Las campanas de una iglesia fantasma -porque no se veía ninguna en aquel urbano alrededor abismal- dieron las nueve. No llegaré, me dije, imposible que llegue a tiempo. Y si no llego –me derrumbé- … si no llego, ¿qué pensará él cuando algún día se entere de que no estuve allí? Apreté con fuerza la cajita que llevaba entre las manos.

Luto. ¿Por qué vomitaba luto la noche? 

Y entonces, ignoro el motivo, recordé una cita de no sé quién: La inmortalidad podrá germinar en todas las almas, en las descompuestas y en las actuales, pero, ¡ay!, los más recientes muertos nos asomarán a tanto bosque de remanencias como los más antiguos… (2)

Al fin, una parada de autobús y el propio autobús me socorrieron: si no consigue llevarme, al menos me sacará de aquí, pensé, sin que ese pensamiento me tranquilizara, porque lo que yo quería era llegar y, además, llegar a tiempo (para qué si no, mi apreciada cajita).

En el interior, sólo una vieja de gesto huraño al final que parecía vigilarlo todo y un conductor de gafas oscuras que fumaba bisonte, lo que me hizo dudar de si todo aquello, definitivamente, era real o una triste pesadilla, fruto ya –quizá- de una incipiente debilidad mental impuesta por mi edad. Imposible –me repetí-, imposible que el conductor vea la noche. Cuando me volvió el saludo con un gesto pensé o, mejor aún, advertí, que era ciego.

Dudé un momento en apearme pero no tuve valor, después de haberle hecho parar.
Tomé asiento en la primera fila a su espalda y, para fijarme mejor en la vieja, dirigí la vista hacia atrás, simulando seguir un letrero de neón (“Tropical”) que resbaló por la fila de ventanas de la derecha. ¿Me lo pareció o era real? La pobre mujer apoyaba en su regazo lo que parecía un par de muletas, circunstancia ésta que haría inverosímil la aventura de subir –sola al menos- a aquel curioso autobús.

-Unas muletas en un autobús y unas gafas oscuras -me repetí, apretando la cajita en mi regazo.

Adelantamos a un motorista que conducía sin casco y sonreía y aproveché de nuevo su imagen, que también se alejaba hacia atrás, para volver de nuevo mi mirada hacia la vieja. Quería cerciorarme de que las muletas eran de verdad muletas.

Pero la vieja no estaba ya. Había desaparecido. Y el autobús, desde luego, no había parado desde mi incorporación.

Miré la hora en mi reloj de pulsera. Nada. Una esfera completamente blanca como la luna: sin saetas ni señal horaria. Absurdo.

Algún día le contaré a él cosas como esta me dije.

El autobús avanzaba en la noche que cada vez se hacía más noche y menos urbana. sobre las heladas aguas del cálculo egoísta (3).  Hasta la lluvia había cesado instantes antes y ahora era la niebla densa y lechosa la que los amarillentos faros aspiraban a bocanadas sordas y espectrales. 

Ya no había neones. Ya no había tráfico. Tampoco la noche vomitaba luto porque aquello era tan irreal que hasta la noche había dejado de ser noche.

Volví de nuevo la mirada hacia atrás, esta vez sin soporte externo en el que poder amparar mi curiosidad: Hm… una hermosa ninfa, rubia y coronada de flores sonreía y canturreaba:

En la noche estrellada,
En la noche estrallada,
Recogí flores para él (4)


Me volví como avergonzado y miré el reloj, ya no sé si para disimular o pensando en mi cita. Ya la luna nos había dejado y las saetas marcaban las nueve menos diez. Imposible, me dije, imposible, desesperado. Nunca me lo perdonará y nunca me lo perdonaré. Y me aferré de nuevo a la cajita y su roce me tranquilizó: todo irá bien, seguro que todo irá bien porque ella es fuerte, porque nosotros, todos, somos y hemos sido siempre fuertes.

Pero de repente el autobús paró y se abrió la puerta que el conductor y yo teníamos a la derecha. Nadie dijo nada. Nadie porque atrás ya no estaba la muchacha y el conductor ni se inmutó. Me quedé unos segundos sin saber qué hacer, hasta que advertí a unos cuarenta metros del autobús la silueta del enorme edificio que tantas veces había imaginado. Sí, ese es, pensé, si me doy prisa es posible que aún llegue a tiempo.

Y baje corriendo sin decir ni adiós, cruzando la niebla, atravesando el vacío, porque bajo mis pies no sentía nada, ni nada veía a mi alrededor. Sólo el enorme edificio frente a mí, con todas sus luces apagadas, salvo las ventanas de la quinta planta y el vestíbulo de entrada.

And I was thinking to myself,
"this could be heaven or this could be hell" (5)

Me acerqué al mostrador de recepción y me identifiqué.

-Espere aquí un momento, por favor -me dijo una mujer vestida de blanco.

Me asomé a la puerta y sólo vi la niebla. Por supuesto ni rastro del autobús. Miré la hora pero ya no llevaba el reloj en la muñeca. Empecé a impacientarme… No, si llego tarde no me lo perdonará ni ella ni él ni me lo perdonaré yo nunca. Paseé por el enorme hall, siempre sin soltar la cajita, y busqué un reloj: menos cuatro minutos, las diez. No, no llegó. Comencé a sudar y a aligerar el paso de mi nervioso y perdido deambular en el hall, hasta que oí una puerta al fondo de un corredor. Se acercó a mí un hombre enorme y con gafas oscuras. Juraría que era el mismo conductor, me dije, pero no me dio tiempo a pensar más porque sólo con un gesto me indicó que le siguiera.

Lo seguí, penetramos en uno de los ascensores y, resbalando el dedo entre varios botones pulsó con decisión el de la planta quinta. No había duda, pensé, es el mismo tipo del autobús. Al llegar, me hizo un gesto para que saliera: pregunte por ella y ya le indicarán, añadió. Suspiré con cierto alivio, sobre todo al comprobar que en el mostrador de recepción de la planta cinco había un reloj que marcaba las diez en punto.

Otra joven de blanco, que parecía con sus mechones rubios que caían bajo la cofia y los apaños multicolores la misma Ofelia, me dijo:

-Ahora no puede verla todavía, pero sígame, por favor.

-¿He llegado a tiempo, pues?, pregunté temblando.

-Por supuesto. Puntualmente.

-Y todo ha ido bien por lo que veo.

-Sí, todo ha ido bien. Muy bien.

Acaricié emocionado la cajita y seguí a la joven. Juntos atravesamos corredores interminables y franqueamos numerosas puertas hasta que, tras la última, aparecimos frente a una gran vitrina con una cortina que se abrió automáticamente a nuestra presencia:

-¿Ya está aquí? –pregunté.

-Sí, por supuesto, lo acaban de traer.

-Y… ¿cuál es? ¿Quién de todos es él?

-Aquél, el del nido 5.

Entonces saqué el muñequito que llevaba en la caja lo alcé y, con grandes lágrimas de emoción, grité:

-¡Marcos, Marcos!


Servando Gotor
16 de enero de 2012




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(1) "Tuve que correr a través de calles desconcidas". Comienza así un famoso cuento de Alfonso Reyes: La cena.  También la referencia a unas campanadas que posteriormente veremos, así como el ambiente inicial del presente relato esta parcialmente tomado del cuento de Alfonso Reyes.
(2) El texto pertenece a La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares.
(3) Del Manifiesto comunista (Karl Marx y Friedrich Engels, 1848)
(4) "Recogí flores para él", canción de Ofelia en Hamlet (Shakespeare).
(5) Y entonces me dije:
       esto puede ser el cielo
       esto puede ser el infierno
Del tema "Hotel California" (Felder, Henley, Frey), perteneciente al álbum de Eagles de igual título (1976)





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