jueves, 29 de septiembre de 2011

CRÓNICA INTESTINAL (Por Azulenca)

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MJM

Desde las pasadas elecciones hasta el día de hoy, las Comunidades Autónomas han pasado de ser la Cueva de Alí- Babá a la Cabaña del Tío Tom. ¡Qué barbaridad! ¡Cuánta pobreza! Los unos que no paraban de gastar y no pagar y a estos pardillos del PP les toca pagar. Mariano y su cuadrilla se las prometen muy felices con los resultados electorales del 20-N; yo en su lugar estaría aco… No piensen mal, acogotada. Pero a los políticos con tal tocar poder les da todo igual, “hasta incluso” ser herederos universales de una deuda colosal. ¿Qué tendrán los cargos además de un buen sillón? 

Yo en el caso Mariano sería más prudente y no me atrevería a cantar victoria. Alfredo, nuestro Rubalcaba de toda la vida, -señor Rubalcaba para los que se dirigen a él para hacerle preguntas maliciosas sobre el Caso Faisán- cuando deja de ser Alfredo se convierte en señor de la oscuridad, no sabemos si con la categoría de Pérez o con la Rubalcaba; pero en cualquier caso de la oscuridad más absoluta. Luego está el Mourinho de Interior, su ministrico, que es como un perro ratonero en defensa de su amo y señor oscuro. Antonio Camacho de Interior me recuerda mucho al entrenador del Real Madrid; hombres de mirada soñolienta que sienten crecer la hierba: ¡Menudo peligro! Y para espantar el faisán nada mejor que un comunicado de adiós a las armas de ETA. Estamos ante la clásica historia recurrente para ganar puntos cuando la derrota llama a la puerta de los socialistas. Que ETA tirara las armas sería la mejor noticia de todos los tiempos; pero a estas alturas nadie se lo cree. Esa supuesta paz etarra puede durar como mucho hasta el 21-N, más, dependiendo del resultado electoral. Por otra parte está el precio que hay que pagar a ETA para que tire las armas y vuelva a rearmarse. En España apenas quedan tontos y los que quedan están en el gobierno. ¿A quién pretender engañar con la historia del comunicado?

Y mientras tanto nuestro candidato Rubalcaba-Mortadelo a qué se dedica. Pues a cambiar de disfraz, a seguir hablando del estado de bienestar con las plumas del faisán. Ahora que se aproxima la campaña electoral, yo le recomendaría a Alfredo, Rubalcaba, se entiende, que se acercara a pedir el voto a la fila del paro y que les preguntara sobre el estado de bienestar a los que están esperando el turno.

Hablando del sustituto Rubalcaba, me pregunto qué va hacer Zp en el futuro: un perdedor con madera de perdedor. En una de sus últimas comparecencias ante las cámaras pude observar que hasta las camisas y las corbatas le vienen grandes, y si le vienen grandes es porque se ha encogido. ¿Y dónde puede ir un perdedor encogido? No tengo respuesta. Lo suyo sería mandarlo a una empresa de reciclaje, pero como no sabemos los compuestos que lleva... Lo digo más que nada porque los fusibles del cerebro hace tiempo que se le fundieron. ¿Y con Pepiño Blanco qué hacemos? Yo lo pondría de tendero en la rama textil, ciertamente se le daría bien eso de vender la tela a palmos.

A España le queda cada vez menos para enseñar los intestinos, vamos, cualquier día se quedará como la foto.

Pero vamos a hablar de la otra España, de la divertida, la del papel cuché. La duquesa y el funcionario. Esto me suena a algo así como La Dama y el Vagabundo de Disney. Vamos, que alguien se aplique ya mismo a la tarea de escribir una novela sobre este idilio. No me explico yo a estas alturas la salida de pata de banco de la Duquesa de Alba, esta pérdida de glamur no me la esperaba. Aunque más que una novela sería más comercial hacer la película; una película en plan humor americano, una película en la que la carcajada está asegurada en cuanto entra en acción el personaje. Pero, no, no quiero ser mala y finalmente diré lo que hay que decir en estos casos: el amor ha triunfado y en el fondo es una bonita historia. Como dice la quiosquera de mi pueblo: antiguamente los bufones hacían reír a los ricos y ahora los ricos hacen reír a los pobres. ¿Irá su Majestad el Rey a la boda? Bueno, qué pregunta me hago, ya no me acordaba que la consuegra del Rey es sindicalista.

Azulenca




miércoles, 28 de septiembre de 2011

EL COLOR DE MI CRISTAL: UNA ERMITA EN EL CAMINO (Mariano Berdusán)

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Imagen: lainformacion.com


Es el comienzo de una hermosa tarde de Septiembre. Mi amigo y yo estamos aquí, junto a la pequeña ermita de La Violada, en el recién estrenado pueblo de San Jorge, en Huesca, amorosamente cobijado bajo la sombra de Almudevar.  

Otrora era fácil oír y aún casi se adivina el galopar de caballos, el chocar de los alfanges y espadas, los gritos de moros y cristianos y la llamada con que el cochero detiene los alazanes de la vieja diligencia...

¡Llano de la violada! el de Almudevar, con sus gentes bravas y bodegas abiertas al sol de la mañana. El de Gurrea de Gállego, con sus sueños de tiempos feudales y anhelos de pequeños núcleos industriales. Con el agua del Canal de Monegros haciendo ubérrimas todas aquellas tierras y un no sé qué – tul o misterio – celando su belleza hasta donde la vista alcanza.

La tarde es magnífica y al conjuro de su luz difuminada, surge airosa, ante nuestra imaginación, la antigua villa así llamada desde antaño “La Violada” por los nobles y villanos del lugar.

Desde esta altura cuento a mi amigo la historia de la ermita que dice así: “Hubo aquí en este llano una villa, famosa por sus almenas, y por sus torres de las que nos hablan historiadores muy antiguos y por su Iglesia situada al borde del camino y dedicada a nuestra Señora de la Violada.

Presidiendo la Iglesia, sentada en su trono, la Virgen de la Violada sostenía en sus brazos al niño Dios. Y dando fondo a este conjunto, un hermoso retablo, a cuyo pié se podía leer la siguiente inscripción: “Este retablo e imagen se hicieron por mandato del noble señor Don Miguel de Gurrea”.

Daban fe de la mucha devoción de las gentes a esta imagen la capacidad de la iglesia y la afluencia de los pueblos de Almudevar, de Gurrea y de sus alrededores que acudían allí en busca de ayuda para sus necesidades espirituales y materiales. La tradición de los abuelos, verdades que se transmiten de padres a hijos, nos cuentan que eran muchas las rogativas que se hacían para pedir las tardías lluvias, para alejar las tormentas, en la elección de mujer para sus hijos...

Todo esto que así fue y que parece que no pudo ser de otra manera. Todo esto que tantas veces he contado a visitantes y amigos. Todo esto voy diciendo a mi amigo y siento que un corazón más queda prendido por el amor a esta morena Señora, cuya devoción nace hoy pujante, como en los años primeros, a la sombra de la Iglesia parroquial de San Jorge, cuando ya la noche de los tiempos no nos permite ver ni las altas torres de La Violada, ni la amplia nave de la Ermita que se alzaba junto al viejo camino, testigo de tantas grandezas que he ido contando a tantos en las quietas tardes del estío.


 Mariano Berdusán



NOTA:  La Virgen de la Violada se la conoce así por tres motivos:

1º Porque su Ermita estaba situada a la vera de la vieja calzada romana ( o como decían los romanos, Via Lata  = carretera ancha ).

2º Porque  en muchos kilómetros, alrededor de la Ermita,  había toda clase de flores y plantas de color morado, verde oscuro, etc., lo que daba a la zona un aspecto violáceo o violado.

3º Porque a los pies de la Virgen se acogió  la muchacha aquella que en su amor o en su desgracia había perdido lo mejor que tenía en su corazón.



(Artículo escrito y dedicado por mí a la Virgen de la Violada, en San Jorge, Huesca, y a los pies de su Ermita, en Septiembre de 1964 ).

martes, 27 de septiembre de 2011

LA COMPASIÓN UNIVERSAL EXPLICADA POR LA FÍSICA CUÁNTICA (Antonio Envid)

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Para mí, pasado, presente y futuro conviven a la vez. Esto es, todo es presente. El pasado y el futuro no son sino convencionalismos que utilizamos para expresar algo inexistente: el transcurso del tiempo. El tiempo no transcurre, caso de que exista, permanece estático. Quizá transcurramos nosotros, nacemos, envejecemos y morimos, pero todo al mismo tiempo. Lo que pasa es que la gente tiene un selector que le permite ver la etapa inicial de cualquier fenómeno, luego su desarrollo, para llegar a su fin. Yo carezco de ese mecanismo, de modo que para mí, como he dicho, pasado, presente y futuro están revueltos en el ahora. Le pondré un ejemplo para que me comprenda. Imagínese una película que un proyector va mostrando en una pantalla, el público de la sala ve los títulos de crédito, el título de la película, el desarrollo de la acción y la palabra “Fin”, todo de un modo secuencial. Yo carezco de ese proyector y veo la película extendida a mi alrededor, todas las secuencias a la misma a la vez, como si estuviera proyectada en una inmensa pantalla circular, veo a la vez los títulos de crédito, la acción de la película y la palabra “Fin”, ¿me entiende? No crea que esta cualidad mía me confiere alguna ventaja sobre el resto de los mortales, pues yo no puedo actuar sobre los acontecimientos, como el espectador de la película, por mucho que esté viendo el peligro que le acecha al protagonista, nada puede hacer por advertírselo. Usted me dirá, que según se ha descubierto el observador influye en el fenómeno observado. No lo crea, se trata de un error en los cálculos, todo es determinístico, nada podemos hacer para cambiar los acontecimientos, como mucho, como mucho, retrasarlos algo, o adelantarlos un poco, pero lo que tiene que ocurrir ocurrirá indefectiblemente, es una premisa necesaria para que conviva el pasado con el presente y el futuro, si lo piensa un poco me dará la razón. Yo me encuentro abrazando a mi hijo en el aeropuerto al despedirlo, mientras oigo en las noticias que un avión ha sido derribado por un ataque terrorista, y a la vez me confirman que es el avión en que viaja mi hijo y también que figura en la lista de fallecidos, mientras asisto a su entierro, y nada puedo hacer por impedir el viaje, ni tampoco siento angustia porque lo emprenda, solo siento dolor por su pérdida…..Póngame otro güsqui, por favor.

-Lo siento, ya le he dicho que es hora de cerrar y que el anterior era el último, no estoy dispuesto a que me quiten la licencia.
 

-¿Pero qué anterior, ni que ocho peniques, no llevo explicándole toda la noche que no existe lo anterior ni lo posterior, que ahora, en este mismo momento, me estoy tomando todos los güisquis que usted me ha servido?. Es más, en este mismo instante, usted está abriendo el establecimiento, me está sirviendo las bebidas, que ahora que me doy cuenta, he de reconocer que son unos cuantos vasos… ¡En fin, paciencia! Comenzaremos otra vez la explicación, ya veo que es un poco duro de mollera, póngame otra copa y escúcheme….
 

-¿Pero, qué hace? No use la violencia, ejerza la compasión universal, que es en lo que se basa toda la física cuántica… ¡No me empuje, oiga, qué yo también se dar mamporros! ¡no llame por teléfono! ¿A quién está llamando? ¿No llamará a la policía? A la policía ya le explicado cientos de veces este extraño fenómeno, pero son sordos…. ¡completamente sordos!más sordos que usted… Pero usted es una bestia salvaje….

Antonio Envid.

lunes, 26 de septiembre de 2011

CARIDAD (Truhán)

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La caridad “cristiana”…   La caridad no debería tener adjetivos. La izquierda, que lleva dos siglos imitando las formas y ritos clericales, que tanto odia, porque funcionan (llevan dos milenios funcionando), la izquierda, digo, habla de “solidaridad”.  También llama “autocrítica” al “examen de conciencia” y “mitin” a su comunión (“común unión”).  Son cosas que funcionan y lo saben.  La masonería ha imitado siempre las liturgias cristianas y Galdós, reconocido anticlerical, se burlaba de ellos precisamente por eso (La Fontana de Oro, El Gran Oriente español).

Esa caridad sin adjetivos nos mueve a ayudar al necesitado mediante limosnas. También, nos mueve a darle enseres y objetos de primera necesidad: ropa, comida, etc.  E incluso, excepcionalmente y una vez al año, para Navidad (y esto sí que es caridad “cristiana”) hasta nos mueve a sentarle en nuestra mesa.  Al menos eso se decía.  Porque yo, mísero de mí, he de reconocer humildemente que nunca lo he practicado ni conozco a nadie cercano que lo haya hecho. Bien, de acuerdo, no lo haremos, pero en la cabeza –al menos- nos gruñe la posibilidad y hasta el remordimiento. Es el latido de nuestra cultura occidental, esencialmente griega, romana y, sobre todo, cristiana, nos guste o no. Conste que soy agnóstico, pero la realidad se impone y nada más necio que negarla.

El latido, sí. Ahora bien, lo que ni nos suena como un eco lejano, porque ni se nos ocurre ya que no está en nuestro inconsciente occidental, es acoger a un pobre bajo nuestro mismo techo, con nuestros hijos, nuestras esposas, nuestras madres…  Y ese inconsciente aflora hasta en las obras occidentales más revolucionarias.  ¿Recuerdan “Viridiana” (Buñuel, 1961)?  La joven novicia, también impregnada de una errónea caridad “cristiana”–pues no está ni estaba en nuestro inconsciente colectivo- acaba por meter a un grupo de marginados en su casa.  ¿Y qué ocurre? Que destrozan la casa y la violan a ella. Buñuel lo decía: es que la solución a los problemas sociales, a las desigualdades, no se arregla con migajas.  Si la película quería ser revolucionaria de verdad tenía que acabar mal, señalar que la solución no es esa.  La solución es reformar el sistema, mejorarlo, no la caridad (cristiana o no) no la solidaridad (marxista o no), no las migajas.  Y el pobre no tiene que ser sumiso, tiene que ser un delincuente voraz y sanguinario, un rebelde contra esa sociedad que tanto le oprime. Nada de conformismo: lo marginal debe representarse como es y debe ser: violento.  No como los pobres de Dickens.

Bueno, pues eso de meter al pobre en nuestra casa (y el pobre, en su papel, está demostrando por lo general que no es conformista sino delincuente, y a las cifras carcelarias me remito) eso de meterlo en nuestra casa, digo, eso es lo que ha hecho occidente.  En lugar de buscar la mejora del sistema (del sistema “global”) el occidente buenista ha acogido a los pobres en su casa. Y, claro, la delincuencia, como nuestra propia ruina, aumenta (y con razón).  Y no es racismo, porque no me estoy metiendo con los emigrantes quienes, en definitiva, están y deben estar en su papel.  Me estoy metiendo con los sinvergüenzas que nos mandan, que son occidentales como nosotros y, por tanto, tienen nuestra misma mentalidad.  Y para el dato, el dato de la delincuencia en aumento, baste leer bien los periódicos y comprobar dónde anidan los mayores brotes de delincuencia y baste asomarse a las cárceles para ver el índice de presos extranjeros.

Ayudemos, por supuesto. Pero en vez de darle pan –que también-, enseñémosles sobre todo cómo pueden conseguirlo y posibilitemos y habilitemos que lo consigan.  Pero no los metamos en nuestra casa. Eso nunca funcionó.

¿Xenofobia? ¿Racismo? Venga, por favor, basta de insultos burdos y absurdos.

Truhán


domingo, 25 de septiembre de 2011

EN LA TRASNOCHADA 55 (María Jesús Mayoral Roche)

MJM


Villamayor de Gállego, 25 de septiembre de 2011

Septiembre, el reencuentro: los libros, la cartera, el uniforme. A estas alturas del año suelen asaltarme los recuerdos cuando veo a las madres acompañar a sus hijos en su primer día de cole. Después de mi verano salvaje en Villamayor en el que pasaba gran parte del día subida a una bicicleta recorriendo la huerta y bañándome con las amigas en las acequias, además de hacer algún rastro que otro por los silos de las eras; una vez pasadas las fiestas, esas fiestas con baile en la plaza y vaquillas que todavía hoy perduran, llegaba el momento de regresar a Zaragoza para ir al colegio.

Septiembre para mí es el mes más evocador, el que me sigue marcando el ritmo del año. Cómo olvidar mi primer día de colegio, todavía lo estoy viendo, mejor dicho, sintiendo. Mi madre me arrancó de la cama, me puso en pie y me enfundó en un uniforme que parecía llevar chinchetas de lo que me picaba. El broche plateado del cinturón era lo único que llamó mi atención en medio de la oscuridad de aquel vestido tableado, al menos, la hebilla me pareció vistosa. Después vinieron los calcetines, esos calcetines de perlé marrón que mi madre había hecho con tanto mimo para que yo los luciera en mi primer día de colegio. Cómo olvidar aquellos calcetines cuyo calado quedaba grabado en mis tiernas piernecitas cuando me los quitaban. Para rematar la faena, me calzaron los Gorilas; aquellos zapatos marrones que pesaban un sentido y que no se rompían nunca porque estaban hechos a conciencia. Con toda aquella indumentaria me sentía rara, me costaba esfuerzo andar y el uniforme me picaba cada vez más… Y eso que me había librado del cuello blanco, porque cuando me pusieron aquel cuello postizo sujetado con ojales y botones, por un momento pensé que mi madre me estaba estrangulando. Todo aquel peso en los pies y aquella tortura en el cuerpo me dejaron triste e inmóvil. Inconscientemente recordaba mis chanclas de goma, mis vestidos de verano sin mangas y mis carreras en triciclo.

Pero buena era yo de pequeña, menudo torbellino. Como decía mi tía: es una monada cuando duerme. Lo cierto es que aquella tortura me duró poco, pronto le encontré al uniforme el divertimento: a base de dar vueltas se levantaban los pliegues de la falda, a mayor movimiento más revuelo hacía la falda. Debo añadir que yo hablaba y me saludaba con todo el barrio, desde el portero hasta el relojero. Por eso fue poner el pie en la calle y todos se acercaban para ver a Chús vestida de colegiala, por eso en cuanto mi madre se paraba para hablar con alguien, me soltaba de su mano y empezaba a girar como una peonza para que se levantaran los pliegues de la falda. Mi madre al ver mi nuevo baile no pudo por menos que cogerme de la muñeca y darme una sacudida, a ver si así conseguía pararme de algún modo. Con el fin de inmovilizarme decidió llevarme bien sujeta de la mano, pero ni por esas. Yo a lo mío, como no podía dar la vuelta entera, pues daba media a un lado y media al otro. Cuando mi madre me miraba de reojo en plena faena me paraba, en cuanto retomaba la conversación yo seguía a lo mío.

Lo del uniforme fue una novedad, pero la que verdaderamente hizo que me sintiese mayor fue la cartera. Aquella cartera de plástico con un asa y dibujos de muñecos, donde mi madre metió mi primera cartilla, un plumier de madera, un cuaderno y un borrador. Después vino la impresión, una fuerte impresión: la monja. En mi vida había visto una cosa igual. Una mujer vestida con un hábito negro hasta los pies, toca, velo, esclavina y ornamentada con una cruz sobre el pecho y un rosario que le colgaba de la cintura. Desde luego no me asusté cuando la monja salió a recibirnos, más bien me quedé como un mochuelo sin perder ripio de cómo me hablaba y cómo se comportaba, además dentro de la clase había bullicio y veía bonitas mesas de colores; presentía que aquello iba a ser divertido. Le dí la mano a la monja y me quedé allí tan feliz; sin embargo había otras niñas que sintiéndose abandonadas por sus madres en un lugar desconocido se echaban a llorar amargamente mostrando el velo palatino hasta la úvula.

Cómo olvidar septiembre, cómo olvidar mi primer día de clase…

María Jesús Mayoral Roche




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Foto.- Vista de Villamayor de Gállego desde una era abandonada.


sábado, 24 de septiembre de 2011

EL OTOÑO HA LLEGADO (Armando Bulla)


 
Estos días en que el otoño comienza a mostrar descaradamente su nariz y el verano se aleja como un recuerdo. En tardes en las que ya comenzamos a reflexionar, aunque los tópicos se agolpen en nuestro cerebro, pues todavía es pronto para ponernos seriamente a la fatigosa tarea de pensar. Cuando suena de fondo un viejo vinilo en el que la cálida voz de Sarah Vaughan nos recuerda que: the leaves of brown came tumbling down, remember in September, in the rain, sumiéndonos en la melancolía, quiero considerar en que triste situación nos encontramos y que hubo tiempos, no tan lejanos, en que creímos ser ricos y dichosos.

Los miembros del gobierno hace semanas que han dejado sus tareas, aunque todavía la ministra González Sinde, que deja un listón de incompetencia y un reguero de dimisiones difícil de superar, ha tenido tiempo de cesar a la Directora de la Biblioteca Nacional. Como la tripulación que en plena galerna abandonara el barco dejando al pasaje con un ¡buena suerte, allá se la entiendan ustedes! Todos los mercados financieros tienen a España en el ojo del huracán, poniendo en duda que seamos capaces de hacer frente a nuestras cuantiosas deudas, y nos metemos en una larguísima campaña electoral de casi cuatro meses, desde que el 29 de julio Zapatero anunciara el adelanto de las elecciones, mientras tanto, sin hacer ninguno de nuestros deberes, ni siquiera el presupuesto para el próximo año, sin definir, por tanto, que intenciones tenemos de ahorrar para pagar a nuestros acreedores, en tanto que Cataluña, en plena insumisión, ya dice que no reducirá su déficit y se lía en una estúpida batalla sobre si hay que acatar las decisiones del Tribunal Supermo, suprime la fiesta de los toros y sumerge en el catalán a tirios y troyanos (senegaleses, castellanos, marroquíes, andaluces y el numerosos conjunto de tribus que pueblan hoy su territorio) en un alarde de intolerancia de difícil parangón en el mundo, mientras que el resto de las comunidades autónomas, a la chita callando, hacen oídos de mercader y siguen gastando más de lo que ingresan…. o, cuando alguna (Madrid, Castilla) hace algún gesto para adelgazar el presupuesto de gastos, se le organiza la comuna
 

Pobre barquilla mía,
entre peñascos rota,
sin velas desvelada,
y entre las olas sola:
¿Adónde vas perdida?
¿Adónde, di, te engolfas?
Que no hay deseos cuerdos
con esperanzas locas.

Parece como si Lope de Vega pensara en la actual situación de nuestro país cuando así se lamentaba.



Armando Bulla    

viernes, 23 de septiembre de 2011

ÍTACA, UNA IMPRENTA CLANDESTINA (Servando Gotor)

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SGS
En algún lugar del barrio, en la noche, cuando el insomnio se me apodera y vuelvo a oír el silbido del tren cruzar los tejados, alguien está componiendo la portada de Ítaca.  Alguien que a la mañana siguiente amanecerá con los ojos cansados, pero satisfecho del trabajo. Porque hasta al cura, a don Alejandro le gusta el formato, la composición de Ítaca. Para su hoja parroquial la quisiera. Por los clavos de Cristo, si algún día llegara a saber quiénes son, les encargaría a ellos la Hoja Parroquial.
También en casa teníamos siempre no uno sino varios números de Ítaca.  Y tú disfrutabas con ellos, leyéndome un artículo, recomendándome otro, explicándome siempre los contenidos y emitiendo tus propias críticas.  Porque siempre hay que ser crítico con todo, me decías.  Recuerdo que los leías y releías y los guardabas como un tesoro. Y también a ti te encantaba su presentación, su grafía, y me hablabas del tipo de letra, sencillo pero elegante, de las imprentas antiguas, las viejas minervas, del sistema offset... ¡de todo!  Y, como la Historia te entusiasmaba, como todo en la vida y en especial lo de nuestra ciudad, tus ojos brillaban cuando me contabas que la primera imprenta que hubo en España, el primer texto impreso, se hizo aquí:  el “Manipulus Curatorum”,  en el siglo XV.  Una especie de manual dirigido al espíritu, escrito por un clérigo turolense en el siglo anterior. Y enseguida aparecieron otras imprentas, famosas en toda España: las de Jorge Cocci, Pedro Bernuz, Domingo de Portonariis...  Lo de Gracián no es una casualidad, está detrás la imprenta, me decías.  Hasta un ilustrado de nuestra tierra, Joaquín Ibarra, creó una tipografía propia.  ¡Ah! Y Servet.  ¿Sabías que Servet tenía una imprenta clandestina escondida en el bosque? Y luego  insistías en esa primera imprenta en Zaragoza.   Y a mí me parecía que Ítaca era la sucesora de aquel primer artilugio, de aquel primer vómito, de aquel primer descaro. Porque las imprentas siempre han resultado molestas, insolentes.
Y luego me hablabas de tu imprenta.  Porque tú empezaste trabajando en una imprenta y llegaste a tener la tuya. Una ruina, me decías.  Una ruina. Y con enorme dolor me contabas cómo tuviste que dejarla.  Deshacerte del negocio.  Menos mal que luego vino lo del ayuntamiento...  Bueno, en realidad allí, en el ayuntamiento, te enclaustrarías hasta la jubilación, protestando por ello muchas veces, pero también satisfecho porque con aquel trabajo sacaste a flote a la familia. Y entonces te acordabas del abuelo Juan.  De la fortuna que llegó a hacer vendiendo mulas. Que igual que la hizo se disipó entre tantos hijos que tuvo, sobre todo los del primer matrimonio con Constantina Calmarza.  Tú, el más pequeño, apenas lo conociste porque murió cuando sólo tenías seis años.  Para mí el abuelo no era más que una referencia vaga, muy vaga. Un fantasma gélido y lejano.  Un ricachón que se paseaba ufano por el pueblo montado en su buen caballo, con una elegante capa de fieltro.  No, no me gustaba el abuelo. 





Servando Gotor
La ciudad sin faro

jueves, 22 de septiembre de 2011

¡Vaya! Bahía (Antonio Envid)

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SGS

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Vaya

Bahía

Vayamos

 todos, bahíanos

Vaya, vayamos bahíanos a Bahía

Bahía baila

¿Baila

qué?



samba bahíana

Se cimbrea como una palmera

Sus pechos retozan

por las playas

saltan

 por

el escote de sus avenidas

 al ritmo suavón de las

caderas de

Bahía

*



Vayamos a bailar samba a Bahia

Vayamos bahíanos

Vaya

V





Antonio Envid

miércoles, 21 de septiembre de 2011

FANTASMAS (Truhán)

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SGS

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Si es usted un hombre trabajador y responsable, emprendedor, con más de una buena y productiva idea; si ha inventado algo parecido al fuego o a la rueda y cree todavía que el esfuerzo acaba siendo recompensado y existe la iniciativa privada, es usted un soberano imbécil porque toda actividad económica en esta maldita aldea global en que morimos más que vivimos está monopolizada por dos únicas fuerzas: el capital privado en manos de media docena de sinvergüenzas, de un lado, y el público, de otro, repartido entre los caciquillos locales también dependientes en gran medida de aquel gran capital pero, en todo caso, aliados.

El resto somos: funcionarios vendidos, empleados vendidos, autónomos vendidos y parados resignados sin posibilidad alguna de salir adelante. Esto no es ni comunismo ni capitalismo, sólo una merienda de caníbales degenerados.

Urge una señora revolución que regule de verdad la libre competencia con mínimas intervenciones estatales.  El comunismo ya fracasó, el estado social de derecho también. Conviene poner al estado en su sitio: que regule y juzgue y gobierne y se meta sus ambiciones empresariales y su intervencionismo atroz allá donde le quepa.  Y la media docena de capitalistas sinvergüenzas que controlan el cotarro que se abstengan de repartirse el mercado y se apliquen fortísimas sanciones, incluso de orden penal, a todos aquellos que violen las leyes contra la libre competencia, únicas que harán posible que nos espabilemos y salgamos la burra masa del estado catatónico que padecemos.

Y, por supuesto, no se fíen de las OONNGG, están controladas –casi sin excepción- por funcionarios y/o políticos corruptos que se llevan las sobras y las faltas de las arcas del estado.

Con ciertos matices, porque siempre hay que concederle al Estado una mínima potestad que evite cualquier abuso de la libertad por exceso o defecto, reivindico la visión mayoritaria del tribunal norteamericano que resolvió el conocido caso Lochner contra el Estado de Nueva York.

Esto:


El Estado de New York aprobó en 1895 la Bakeshop Act (ley de las panaderías) que limitaba a diez las horas que los panaderos podían trabajar en un día y a sesenta las semanales, multando a los empresarios que no cumpliesen estas normas. En 1901 Joseph Lochner fue condenado a pagar 50 dólares por haber infringido reiteradamente dicha ley. Después de haber recibido sentencias desfavorables en las instancias inferiores, Mr. Lochner apeló ante el Tribunal Supremo federal, alegando que la ley de las panaderías violaba la decimocuarta Enmienda, que establecía que “ningún estado privará a nadie de su vida, de su libertad o de su propiedad sin seguir el debido proceso legal”, y en este caso se le estaba privando a él del derecho a gestionar su propiedad como él quisiera y de su libertad a contratar con quien y como él quisiera.

El Tribunal resolvió que, efectivamente, la decimocuarta Enmienda concedía al individuo “un amplio derecho a contratar libremente en el ámbito de sus negocios”. Y que, aunque este derecho no era absoluto, pues estaba limitado por “un cierto poder de policía del estado”, dicho poder de policía también estaba limitado, pues si no la decimocuarta Enmienda no tendría ningún sentido y el estado podría regular sin límite lo que quisiera. Correspondía por tanto al Tribunal determinar si la ley era “un ejercicio justo, razonable y adecuado del poder de policía del estado o [por el contrario] una interferencia excesiva, innecesaria y arbitraria sobre el derecho del individuo a contratar el empleo que le pareciera más conveniente”. Y no se podía alegar que el estado tuviera un derecho u obligación a proteger a ningún ciudadano de su ignorancia, pues los ciudadanos en general, y en este caso los panaderos, “no eran los pupilos del estado”. Los panaderos eran “capaces de reclamar sus derechos y cuidarse a sí mismos sin que el brazo protector del estado interfiriera con su libertad de juicio y de actuación”. (Luis Grau Gómez/Manuel Martínez Neira).

Ahora, en estos momentos en que

un fantasma asola Europa 

saludos cordiales

hipócrita lector, mi semejante, mi hermano...


Truhán

martes, 20 de septiembre de 2011

COSAS DE DAMIÁN (Narciso de Alfonso)

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SGS
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El otro día, tomando una caña antes de cenar, Damián me decía: esta es una sociedad sin pulso, sin sangre, sin fuerza. Yo quería seguir el partido, pero Damián a la suya. De entrada desanima y desalma a los ciudadanos. Puri, la camarera, me miraba como diciendo: lo siento, te ha tocado, Damián y sus cosas. Sí, Damián, en eso tienes razón, asentía yo, más atento al partido que a su trasnochado discurso. Los grafitis esos, las esquelillas de los paquetes de tabaco, por ejemplo, seguía Damián. Para que la inteligencia del ciudadano medio, tú o yo, pongo por caso, no se dé por total y definitivamente ofendida con esa campaña, propongo un desagravio: que distribuyan avisos y pongan carteles allí donde sea necesario para que los ciudadanos podamos tomar conciencia de los riesgos y sepamos a qué atenernos. En las fachadas de los colegios: El plan de educación está en fase de prueba. Los alumnos pueden quedar gravemente desorientados. Ya está, nada más, que el ciudadano medio, tú o yo, pongo por caso, sepa donde lleva a sus hijos. En las entidades bancarias, por poner un poner: Le ofrecemos la mejor hipoteca, pero recuerde que se está hipotecando usted. Y su vida. Escueto, tajante, claro, directo a la conciencia. Por la calle, bien distribuidos para no sobrecargar al ciudadano medio: Pensar puede ser causa de una muerte lenta y dolorosa. El que piensa pierde. ¿Me sigues? Claro que te sigo, Damián, y en eso tienes razón, asentía yo mientras intentaba ver la repetición de un tiro a puerta. Puri intentó salvarme preguntándome si quería otra caña, pero Damián estaba imparable. Fumar acorta la vida. ¿Qué vida quiere alargar una sociedad tan triste como la nuestra? ¿La vida de quién, en una sociedad en la que no hay quienes? Sí, Damián, eso es verdad. Cada vez que veo uno de esos grafitis de los paquetes de cigarrillos me acuerdo del Che, del que llegó a ser el comandante Ernesto Guevara Serna. No me interesa la política, sino la actitud ante la vida. La frase inicial que precede todos los grafitis posiblemente ya hubiera tocado la indignación del Che, que habría soltado una gran carcajada al leerla: Las Autoridades Sanitarias advierten. Pero ese es otro asunto. Imagínate a un tipo como el Che, con un corazón como el de un caballo de carga, para bien o para mal, que no me interesa la política. Un tipo que se le estaba jugando a la brava, matar o morir, con una enorme fuerza para cambiar las cosas, para decir basta, me da igual lo que cambiara, que no hablo de política. Con sangre en las venas como para regar un campo de fútbol. Médico, asmático y fumador. Imagínate la risa que le entraría al leer las esquelillas. Fumar perjudica gravemente su salud y la de los que están a su alrededor. Pero si, fume o no fume, mi salud y mi vida están ya gravemente perjudicadas por algunos de los que están a mi alrededor. ¿Me sigues? Claro que te sigo, Damián, y estoy contigo en eso. Falta. Sólo quedan tres minutos de partido y vamos perdiendo. Otra caña, Puri, por favor.

Narciso de Alfonso
Cuescos


sábado, 17 de septiembre de 2011

¿YA HA DESPERTADO, MR. HAPPY? (Antonio Envid)

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AEM

¿Ya ha despertado, Mr Happy? Me alegro. Puse la anestesia justa para poder acomodarlo a la mesa de operaciones. No, no intente hablar, le he sellado la boca con esparadrapo, no es por nada, que me encantaría charlar con usted, pero ya habrá tiempo, ahora he de concentrarme en la labor y ¡claro! su interesante conversación me perturbaría. He de decirle que estoy muy feliz por conocerlo personalmente, he leído todas sus obras; leído y releído, anotado, subrayado, podría recitarle párrafos enteros, son geniales. Sí, también está firmemente sujeto, para que no se mueva involuntariamente, la intervención será delicada, pero confíe en mí, tengo unas excelentes manos de cirujano. La anestesia será epidural, por eso está sujeto, para evitar movimientos involuntarios. El mundo no agradecerá bastante al doctor Menguele su contribución a aliviar el dolor de la humanidad al descubrir, gracias a los experimentos que pudo llevar acabo en Auschwitz, este tipo de anestesia, sin embargo, ya ve, injustamente perseguido y tratado como si fuera un monstruo. Cuanta injusticia. Yo podría hablar de ella largo y tendido, sobre todo de cuando fui expulsado del colegio de cirujanos de Vermont. Mala praxis médica se alegó, pero la causa cierta fue la envidia de varios colegas, sobre todo la del presidente del colegio, que no me perdonaba el que tuviera más éxito que él con las damas de la buena sociedad de Burlington. Ya sabe el glamour francés que todavía exhala Vermont y habrá notado que yo soy un caballero de buena educación, mientras que mi colega era un perfecto patán. En aquella ocasión me fue de gran ayuda su extraordinario manual “Como superar la injusticia”, me sacó de la grave depresión en que había caído, pero sobre todo su libro “Encuentra el enorme poder de tu energía positiva”. Yo había recomendado sus libros, con gran éxito, a mis pacientes. A Mr. Earstick, sin ir más lejos, cuando le extirpe aquellas horribles orejas de planeador que le acomplejaban tanto, le recomendé su libro “Como sacar partido a sus defectos físicos” y le fue de gran ayuda. A partir de entonces hubo de ir con peluca, pero como también padecía de una alopecia galopante, siempre me agradeció el favor que le había hecho, pues iba caliente en invierno y había logrado su sueño: librase de aquellas horribles orejas y lucir una cabellera rizada. Mi libro de cabecera ha sido siempre su obra ”La conquista de la felicidad a partir de la desgracia”, y no digamos de “El dominio de las vibraciones positivas”, genial, genial. La intervención será breve, se trata solamente de amputarle las piernas, quizá también, puestos, haga que su columna quede rígida, pero las manos y los brazos, esas manos que saben escribir esos maravillosos consejos de autoayuda, que han salvado de la depresión a tanta gente, quedarán indemnes. Una vez que se encuentre en una silla de ruedas y con el torso rígido, podrá experimentar en usted mismo sus técnicas de autoayuda y perfeccionarlas. ¡Qué extraordinarias teorías saldrán entonces de su privilegiado cerebro! Yo habré sido solamente un modesto instrumento necesario para que las ciencias de superación y crecimiento personal avancen de modo notable. Seré un modesto instrumento pero alcanzaré una parte en la gloria, que solo a usted está reservada. Total, únicamente tendrá que renunciar a su afición al tenis, en el que, a pesar de gustarle tanto, ha de reconocerme que nunca pasará de ser un mediocre jugador, en cambio en la ciencia del desarrollo de la personalidad positiva, en la autoayuda, ahí, empleando toda su energía, hará dar un paso de gigante a la Humanidad.


Antonio Envid      

jueves, 15 de septiembre de 2011

EL SUPERVISOR DE NUBES (Armando Bulla)

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SGS
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Cuando todos estábamos convencidos de que las lecturas de Zapatero no iban más allá de la prensa deportiva y acaso algún viejo manual de adoctrinamiento socialista, va y nos sorprende  con una cita de Ramón Gómez de la Serna: “El mejor destino que hay es el de supervisor de nubes, acostado en una hamaca mirando al cielo.” Una cosa es que él sea una auténtica greguería viviente y otra que se sumerja en lecturas tan corrosivamente irónicas. Alguien ha dado en el clavo, seguramente la cosa le suene del último cede de “Seguridad Social”, que incluye la canción “El supervisor de nubes”, y que le habrán regalado sus hijas para que combata el tedio de estos últimos Consejos de Ministros.

¿En que emplearán su tiempo esta cuadrilla de ministros provisionales y dimisionarios? Porque lo que hay que hacer lo dictan, por un lado la Merkel desde Berlín y, por otro, Rubalcaba desde Ferraz. De modo que habrá que ver estos agónicos consejos. Presa del aburrimiento y aguardando a los nuevos inquilinos de La Moncloa, mirarán por la ventana con la esperanza de que amaine el temporal financiero, que cada vez se muestra más negro, para poder despedirse a la luz del día y no de tapadillo y nocturnamente. Como Macbeth, acariciarán la esperanza de que el bosque de Birmam no se mueva o parodiarán a la corte de Constantino rezando en Santa Sofía mientras los otomanos arrasaban a sangre y fuego las calles de Constantinopla.

Pero volvamos a Zapatero, dice que ahora hará de supervisor de nubes, o sea que continuará ejerciendo de lo que ha hecho siempre. ¿Pues qué ha hecho en estos años de gobierno?, contemplar arrobado como pasaban unas dulces nubecillas de buen tiempo mientras repartía sonrisas al personal y cuando estas nubecillas se trocaron en amenazadores nubarrones, negar la mayor y tratar de convencer de que lucía el sol, pero que todos andábamos ciegos menos él En el primer gobierno reinstauró la figura del privado, en ese caso privada, la María Teresa, que por cierto ha tenido el buen gusto de salir discretamente de la escena y hoy se dedicará a pasar modelitos por el salón de su casa, y él, mientras sesteaba enviaba al pobre Moratinos a que persiguiera a Bhus para darle la mano (se hacían porras sobre si lo conseguiría o no). En el segundo, ya lo hemos visto, las circunstancias le obligaron a quitarse la mandria y ponerse a trabajar algo, lo que ha resultado muchísimo peor. O sea, que me congratulo de que de ahora en adelante reasuma el cargo de supervisor de nubes.


Armando Bulla  

miércoles, 14 de septiembre de 2011

A PARTIR DE HOY EN LA BIBLIOTECA NACIONAL DE MADRID: "JOAQUÍN COSTA. EL FABRICANTE DE IDEAS"




Imagen gráfica de la exposición Joaquín Costa. El fabricante de ideas


La Biblioteca Nacional de España acoge la exposición Joaquín Costa. El fabricante de ideas, organizada por el Gobierno de Aragón y Acción Cultural Española con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España y la Universidad de Zaragoza para conmemorar el primer centenario de la muerte del sabio aragonés.
Joaquín Costa era un intelectual de su tiempo y un político sin partido que quiso regenerar su país. Fue un gran pensador liberal y republicano, un hombre de acción y de carácter. Nació en la localidad oscense de Monzón el 14 de septiembre de 1846 y falleció en el cercano pueblo de Graus el 8 de abril de 1911.
A partir de una selección de los fondos que conserva la Biblioteca Nacional de España y de otros procedentes de otras instituciones, se refleja una visión contemporánea de su personalidad y de sus actuaciones públicas en el contexto de la España finisecular.
La muestra, comisariada por Ignacio Peiró, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza y por Rafael Bardají, periodista y profesor asociado en la misma universidad; se articula alrededor de cuatro grandes espacios: La educación de la mirada, El sentido del paisaje; Profetas del saber, sacerdotes de la ciencia; Cultura política: República y regeneración de España y Muerte y posteridad: memoria e historia de Joaquín Costa
Libros, documentos, publicaciones periódicas, fotografías y óleos, entre otros objetos, ofrecen un retrato de los entornos en que se desarrolló, los años de formación que forjaron su persona, su planteamiento ideológico así como su legado y transcendencia.
Exposición organizada por el Gobierno de Aragón y Acción Cultural Española con la colaboración de la Biblioteca Nacional de España y de la Universidad de Zaragoza.





Ignacio Peiró: "Costa es un hombre diluido en el espacio de la leyenda"


Es el comisario de la exposición, junto a Rafael Bardají, `Joaquín Costa: el fabricante de ideas´ que se inaugura hoy (20.00 h.) en el Paraninfo. Ignacio es profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza.


--¿Quién fue Joaquín Costa?
--Un intelectual de su siglo. Una figura polifacética: jurista, escritor, periodista, historiador, pedagogo... Fue también un político sin partido, que quiso regenerar su país.
--Su nombre siempre ha sobrevolado lo popular, pero no sé si es conocido.
--Eso es; su obra se ha perdido. Parece que es muy conocida pero en realidad creo que solo se conoce de manera fragmentaria, a veces impenetrable y marcada por los tópicos.
--¿Su figura sufre el paso del tiempo? ¿Ha envejecido mal?
--No, no. Vuelvo a repetir que su imagen de intelectual se ha ido remodelando a golpe de recuerdos, perfiles apresurados, memorias interesadas e interpretaciones de historiadores... Considero que es un hombre marcado por las conmemoraciones y diluido en el espacio de la leyenda.
--Le intuyo cierto retintin.
--No, mi mirada es la de un historiador, que trata de poner al personaje en su contexto. Desde el desapego profesional. Lo que no quiere decir que no le tenga como persona un gran cariño. Creo que en la exposición se detecta este sentimiento.
--¿Qué vamos a ver en la muestra?
--Una visión contemporánea de la personalidad de Costa, y de sus actuaciones públicas en el contexto de la España del Desastre y la Regeneración. Hemos trabajado con un equipo excelente para recrear los distintos espacios que ayudan a construir a Costa como hombre, intelectual y político.
--¿Qué contiene?
--Cerca de 200 piezas, con documentos personales, fotografías, libros que reflejan sus ideas y especialmente grandes cuadros de maestros de la pintura aragonesa, desde Lafuente a Gárate o Ramón Acín, y española, como Sorolla, Zuloaga, Regollos...
--¿Que partes tiene la muestra?
--Cuatro grandes espacios: la educación de la mirada. Profetas del saber. La cultura política; y finalmente, la muerte y posteridad con un corolario dedicado al triunfo de las ideas, donde desde el presente se rinde homenaje a la memoria de Costa.
--Como historiador: ¿sus ideas son actuales?
--Como tales ideas, sí. Como soluciones para los problemas actuales, no.
--Goya, Buñuel, Costa, Cajal: ¿no hay un sentimiento de dolor hacia Aragón?
--La relación con la patria chica de todos estos grandes personajes, siempre fue muy ambivalente, por su propio carácter y por el de los aragoneses. Se movieron entre la aceptación y el rechazo. A Costa, Zaragoza le abrirá las puertas a la posteridad con su entierro multitudinario.
 EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, 22/03/2011

 
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