lunes, 1 de febrero de 2010

CRÓNICA NUCLEAR (Por Azulenca)

Cedo cuatro baldosas del cuarto de estar de mi casa para almacén nuclear. ¿A qué es una buena idea? Tal y como van las cosas en este país, con un sumidero doméstico nuclear subvencionado en casa y un poquito de paro: a vivir que son dos días.
La Ley de Educación. La que les espera a los padres con dos dedos frente en este país. Antes todo era psicológico, ahora con esta nueva clase política que vuelve a renacer, todo se torna ideológico. ¿Qué tendrá que ver el teorema de Pitágoras con la política? Está claro que las nuevas generaciones no sabrán quién es Jesucristo, pero les quedará muy claro que hay que santificar el fin de semana con la litrona, civilizadamente, claro.
Mi amiga María Jesús Mayoral ha escrito en alguna de sus novelas que hoy en día el poder de la palabra lo tienen los tontos, y que los listos se callan por miedo a meter la pata. Bueno, pues eso, Manuel Pizarro abandona la política. También ha escrito y yo lo he comentado en alguna otra ocasión, que en todos los pueblos, en cada rincón de España hay un tonto que se llama Mariano. No digo más, no sigo.
Jubilación a los 67 años, este es el futuro de los niños nacidos a partir de 1959. Como las arcas se están vaciando aprisa y no va a haber dinero para pagar las pensiones, la solución es tener al personal trabajando hasta que se le caigan los dientes. No quiero pensar en lo que pueda pasar de ahora en adelante cuando nos sirva un café un camarero con artrosis, cuando vayamos en un autobús con un conductor prostático, cuando nos atienda un funcionario sordo, en fin… y así sucesivamente. Acabamos de dejar la era del bienestar para volver a la esclavitud: trabajaréis hasta el fin de vuestros días. Como últimamente no estoy nada optimista, en breve, nos dirán que los medicamentos habrá que pagarlos de nuestro bolsillo. En este país no habrá dinero para pagar pensiones ni medicamentos; pero los políticos seguirán con su coche oficial, con su supersueldo, con sus prebendas y a cambio nos multiplicarán los problemas, que es lo único que saben hacer. Aunque no sé por qué digo todo esto, si a mí ni me va ni me viene. Yo, a partir de los sesenta, pienso echarme a la vida hippy. ¡Que trabajen los tonticos!
Ciertas televisiones cada día alcanzan una nueva cuota de indecencia. El Rafita, un personaje que no debería pertenecer a la especie humana, un elemento que mató a una inocente con toda la vesania de la que es capaz un ser degradado; pues bien, lejos de la rehabilitación, a este sujeto le han dado salida a la sociedad y además le han puesto voz en horas de máxima audiencia televisiva. Por lo visto en este país tampoco queda compasión para las víctimas. El periodista Pedro Piqueras fue todavía más lejos y se atrevió a decir que la madre de Sandra Palo no es muy proclive a perdonar. ¿Y tú, Pedro Piqueras, si hubiese sido tu hija serías capaz de perdonar? Esto no es ya telebasura, esto es ya la desvergüenza nacional. Además, perdonar es muy fácil, basta con decirlo, hasta El Rafita es capaz de pedir perdón cuando lo que debería pedir en realidad es que lo castigaran más. Eso sí, no lo debió ni pensar dos veces a la hora de llevarse por delante a una pobre inocente y cómo lo hizo, mejor no recordarlo porque se me ponen los pelos de punta. Sí, perdonar es fácil, basta expresarlo; pero qué madre puede olvidar la muerte de su hija sabiendo la clase de torturas y la muerte que le dieron unos desalmados. El Rafita se merece pasar el resto de sus días en la sombra. Pero no, en este país está de moda dar voz e imagen a estas vidas edificantes que siembran el terror y matan sin piedad; eso sí, luego piden perdón públicamente. Yo le sugeriría a Pedro Piqueras, que se lleve El Rafita a su casa y que si tiene una hija se la presente.
Bueno, cambiemos de tema que se me calienta la sangre por momentos. El miércoles retomé mis tardes de cine. Sherlock Holmes, una película basada en la obra de Conan Doyle, muy entretenida y rompedora en el sentido de que no sigue el viejo patrón del detective más famoso del mundo; me atrevería más bien a calificarlo como una especie de Agente 007 del siglo XIX, añadiendo sutiles matices de Draculianos al malo de la película. Yo me lo pasé bomba, entre otras cosas porque asistí a la sesión con versión digital. Maravillosa la recreación del Londres victoriano bajo unos cielos plúmbeos y voluminosos.
Azulenca


Foto.- Sandía en fase experimental, plantada en un monte exento de residuos radiactivos.

2 comentarios:

  1. Muy bueno guapa, aquí voy leyendo poco a poco y ¡¡¡me encantas!!!

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  2. La Felicidad me comprende.

    Azulenca

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