miércoles, 10 de junio de 2009

CRONICA CON BANANAS (Por Azulenca)


Después del anuncio que hizo la Sibila de Cumas (Leyre Pajín) sobre el encuentro planetario de su presidente con el de USA, salió al quite Zp para realzar el activismo verbal de su portavoz. Salta a la vista que Pajín es hija natural del caos y que, en esta conmoción cosmogónica que padece, entra en trance y relata sus visiones de una forma que el resto de los mortales no alcanzamos a comprender; quizá estemos ante un ser superior incomprendido, pero yo, ser poco evolucionado, me río mucho con ella.
La comparecencia de la Pajín para dar el balance de los resultados electorales de las europeas fue otra de sus actuaciones estelares. Eligió para la ocasión un vestidito de colegiala; la niña una vez más hizo gala de su magín y dio a entender que los socialistas apenas habían sido castigados en las urnas. Bien, Leyre, bien. Siempre he sentido curiosidad por la formación de esta mujer, me gustaría saber a qué colegio fue y conocer a alguno/a de sus profesores/as. La semana pasada apareció en una foto desperezándose y bostezando como si estuviera en la cama; sólo que estaba sentada en un sillón del Congreso. Y es que estos socialistas son tan espontáneos y tan laicos, que ahora celebran bautizos civiles para dar la bienvenida a la ciudadanía al neófito de turno. Y para dar consistencia a este tipo de ceremonias se ayudan de iconos liberados como Cerolo. Genial. Hemos llegado a la plena decadencia y sólo la perciben los que tienen sentido común: especie en plena extinción o en estado de aletargamiento.
Me encantó la foto post-electoral del PSOE. Leyre al lado del héroe vencido, del dandy caído, Rodríguez Aguilar. El pobre ni siquiera contó con el apoyo de su tierra Canaria. ¡Anda que no le tiene que doler! En esa foto de familia posaron entre otros, Cerolo y Bibiana. Noté que les pesaba a todos la nariz y que sus labios apenas podían soportar la fuerza de gravedad nasal, convirtiendo la sonrisa en un rictus etrusco. Y es que la línea de flotación estaba tocada. La prueba es que Zp desapareció en la noche de Ferraz; fue una noche sin banderas, sin aplausos, muda. En fin… se han quedado como la pobre señora de derecha que viajaba sola en el autobús. Ese anuncio, que no sé cómo calificarlo, no les ha dado más votos y por lo que se desprende de las urnas, parece ser, que esa pobrecica mujer sola no está tan sola.
Otra que estuvo estupenda bajo la desconfiada mirada del Ministro del Interior fue nuestra vicepresidenta más mona, María Teresa. Balbuceaba las cifras y parecía seguir con la vista los puntos que se le echaban a correr. Sin puntos los millones le bailaban, las decenas y centenas se le alborotaban y las unidades se le escapaban. Y era el temblor que llevaba encima el que le paralizaba el discurso estadístico, el ritmo numérico: perdían y ella quería dilatar las cifras pero sin resultado a favor. Al quite y acertadamente estuvo Alfredo, que de cifras y datos sabe un rato. Y es que no saben perder.
No sé si es de autobronceador o de rayos UVA el moreno antinatural de Ana Mato; lo cierto es que restó resplandor a los resultados del P.P. El estilismo es importante y la puesta en escena hace mucho. Cuando se gana, aunque sea por poco, hay que salir espléndida al escenario. Ana, ese moreno conguito o tipo brasileño, no está de moda.
Estos resultados electorales del pasado domingo no son relevantes. El PP ha ganado y el PSOE ha perdido pero el margen de diferencia es mínimo; a pesar de la que caído en los últimas semanas con la crisis, el paro, el pildorazo y demás… La abstención también cuenta y por eso el triunfalismo de Pío García Escudero está demás, que no se las prometa tan felices. Y quiero recordarle al P.P una máxima que me dijo hace más de veinticinco años una andaluza sin salero: para ir con alpargatas con Fraga prefiero ir en alpargatas con Felipe. Quizá explique esta frase la dinámica del pensamiento español que vota al puño y la rosa.
El miércoles al cine. Millennium: los hombres que no amaban a las mujeres. Una película mal planteada en la que desde la lógica se adivina el final desde el comienzo. La cuadratura del círculo, del rombo y del trapecio. El título debería ser más exacto: los hombres que maltrataban y torturaban a las mujeres. No he leído la novela, pero si es como la película no deja de ser un cuento cruento tipo años cincuenta.

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