viernes, 21 de noviembre de 2008

Narciso y sus sorprendentes "Parejas"

Si queda algo literariamente sorprendente por descubrir son las "parejas" de Narciso. De Narciso de Alfonso.

Por ejemplo:

Los paisajes de aluminio, el agua sucia, los cristales rotos. Hay algunas pasiones que no se pueden controlar, que son más propias que el propio corazón. La lluvia. El otoño que pudre las hojas. Y la noche, la noche húmeda, llena de gusanos. La destrucción, cualquier forma de destrucción, dios mío. Destruir, observar algo que se destruye, participar en destrucciones y derribos. Deshacer el peinado de la hermosa muchacha con la que hemos salido a cenar, sí, se ha peinado para nosotros durante horas, y nos deja deshacer su peinado, desordenar su cabello castaño, darle de beber en la boca. Nos deja desnudarla rompiendo el vestido negro, rasgando la tela. El agua sucia, nutritiva y venenosa, ácida y pestilente, llena de materias orgánicas en descomposición, sí, volver al agua sucia, volver al origen. Ay, Década, cuánta desolación, qué belleza.
- Los cristales rotos, sí, romper los cristales de la casa, esparcir la esponjosa tierra de las macetas, tronchar los tallos de las flores, mancharse la boca de barro, masticar las hojas que el otoño pudre, beber agua sucia. Destruir, sí, derribar una escuela, un invernadero, una farmacia. Ay, Misterio, qué pasiones, qué placer.
- Quedarse agotado y estúpido después de romper la estructura, la forma de un cuerpo humano perfecto. Rasgar la piel, quebrar los huesos, morder las vísceras, ensangrentarse. Machacar los pétalos de una flor, borrar el maquillaje, el rimel negro y llorado que recorre la cara, hasta la boca. Sí, el llanto de una mujer. Romper las puertas, chapotear en el agua sucia de la cloaca, destruir la belleza de una mujer. Raquel, muérdete los labios hasta sangrar y bésame. Dévora, suéltate las trenzas y mánchate de ceniza, de barro, de sangre. Cris, rompe los cristales de la ventana y córtate la lengua. Ay, Década, la destrucción y el placer.
- La lluvia nocturna, la lluvia sucia, la lluvia caliente. Llueve de noche sobre la flor destruida, el agua de la lluvia arrastra su sangre. El agua sucia nos lava, la destrucción nos fortelece, poseemos la belleza entre sangre y tierra, de noche, lloviendo. Un beso lleno de tierra ensangrentada, entre flores rotas. Son los alrededores de la muerte, los arrabales, las afueras, allí donde la muerte comienza, allí donde la muerte y el amor se confunden, se exigen uno al otro. Ay, Misterio, la muerte puede ser apasionada y hermosa, llena de amor.
- Sí, uno quiere ser la muerte, hacer el trabajo de la muerte, destruyendo la belleza, derramando sangre. Destruir la forma, mezclarse con la tierra, entre agua sucia, con lágrimas, lloviendo.

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